"Fue difícil jugar con continuidad. Demasiadas interrupciones", admite Norm Maxwell. El entrenador neozelandés reconoce incluso los fallos técnicos, como en la configuración de los mauls, lo que atribuye al déficit en los entrenamientos. "No pudimos tener al equipo al completo durante la semana. Solo justo antes del partido. Hay jugadores de A Coruña y Santiago que no pudieron venir a entrenar. Solo contamos con dieciséis o diecisiete jugadores. Eso tiene un gran impacto en nuestra habilidad de trabajar juntos. Pero es nuestro compromiso y no puede ser excusa".

"El otro equipo fue muy combativo, especialmente en los rucks. Hicieron el partido poco sencillo", elogia Maxwell del comportamiento del Eibar y propone: "Debemos mejorar".

Como mejor virtud de los suyos, destaca la tenacidad: "Tuvimos paciencia. Lo intentamos hasta el final y nos salió en los últimos minutos".