Eduardo Berizzo ultima la preparación del asalto al Ramón Sánchez Pijzuán en una ardua semana para el Celta, que afronta en ocho días tres compromisos de la máxima dificultad, pues al exigente duelo frente al Sevilla, sigue el miércoles la visita del Barcelona a Balaídos solo tres días antes de que el conjunto celeste se desplace al campo de Eibar, equipo revelación de este arranque liguero.
Con tan complicado panorama, el preparador céltico debe dosificar esfuerzos y elegir con cuidado sus piezas en función de los desafíos que le plantee cada uno de los compromisos que tiene por delante. Para el primero, frente al vigente campeón de la Europa League, no se esperan demasiados cambios con respecto al once que se dejó el pasado domingo dos puntos ante la UD Las Palmas. La principal duda está en la defensa debido a los problemas físicos que ha venido arrastrando en los últimos días Andreu Fontás por culpa de una tendinitis en el tendón de Aquiles.
Las pruebas médicas practicadas al zaguero catalán han descartado que sufra una lesión de gravedad pero su concurso en el partido del Sánchez Pizjuán es, hoy por hoy, una incógnita. Fontás sigue al margen del grupo, aunque ayer realizó en el campo trabajo específico "con buenas sensaciones" y hoy hará una última prueba para comprobar si puede ser de la partida que se desplace a Sevilla. "Las sensaciones son positivas porque no hay riesgo de que la lesión vaya a más, además cada vez me encuentro mejor. En principio soy optimista, aunque habrá que esperar a mañana [por hoy] para ver cómo me encuentro entrenando con el equipo", indicó ayer el futbolista tras el entrenamiento celebrado por el equipo en A Madroa. Y añadió: "Es una semana atípica porque va a haber mucha carga de partidos y eso también puede afectar a la decisión final".
La impresión generalizada, no obstante, es que Berizzo no arriesgará con Fontás y reservará al zaguero para el compromiso del miércoles ante el Barcelona. La principal alternativa a Fontás es el también exazulgrana Sergi Gómez, que se estrenaría en la titularidad como defensa central después de alternar la pasada temporada esta posición con la de lateral derecho y (muy ocasionalmente) la de pivote. No se esperan muchos más cambios para este encuentro.
Berizzo no es de los que acostumbra a cambiar las cosas y después de sumar siete puntos de nueve en juego no parece que tenga la intención de experimentar contra adversarios de primer orden europeo. En los tres primeros partidos de Liga el técnico no ha movido, de hecho, más que lo estrictamente imprescindible. El equipo que empató ante Las Palmas fue idéntico al que goleó al Rayo y frente a los madrileños el técnico celeste solo introdujo un cambio, el de Sergio Álvarez por el lesionado Rubén Blanco en la portería, con respecto al que ganó al Levante en el estadio Ciutat de Valencia en el duelo inaugural de la Liga.
La presencia de Sergi Gómez como pareja de Gustavo Cabral en el eje de la zaga será seguramente la única modificación que introduzca el técnico, que parece que volverá a apostar por Pablo Hernández como enganche a pesar de los silbidos recibidos por el internacional chileno el pasado domingo en Balaídos. Aunque el Tucu no ha conectado con la grada, continúa gozando de la máxima confianza del técnico, que no parece que vaya a prescindir de sus servicios y menos frente a un adversario que destaca por su poderío físico y su capacidad de hacer daño en el juego aéreo. Y tanto la presencia de Hernández como la de Sergi Gómez permite al Celta ganar centímetros para presentar batalla en este aspecto del juego.
Tampoco parece probable que Berizzo prescinda este domingo de Augusto Fernández, a pesar de que el centrocampista argentino ha estado aquejado estos días de una sobrecarga muscular en el aductor. El pivote celeste, que ni siquiera ha aparecido estos días en el parte de enfermería, volvió ayer al trabajo con el grupo después de descansar preventivamente en los primeros entrenamientos de la semana.
El duelo del Pizjuán marcará el resto de la semana. En principio, salvo imperativos que puedan producirse después del domingo por lesiones o sanciones, no parece que Berizzo vaya a mover muchas más piezas. No es que el técnico haya dado muchas pistas, pero parece poco probable que modifique por las buenas muchas piezas de un once claramente definido, pues a comienzos de temporada las fuerzas están intactas y la mayoría de los nuevos fichajes que de momento no han tenido cabida en el once, como Drazic o Guidetti, no han concluido (especialmente el serbio) su proceso de adaptación.
Aunque frente al vigente campeón de Liga el técnico podría introducir algún cambio -bien en la delantera, bien en el medio campo, además de la previsible vuelta de Fontás a la defensa si no juega en Sevilla-, la mayoría de los cambios se prevén para el tercer partido, frente a un rival mucho más modesto que sin embargo ha iniciado muy bien la temporada y siempre ha vendido cara su piel en su feudo de Ipurúa. Así lo hizo Berizzo el pasado curso en muy similares circunstancias en la primera ocasión que el calendario comenzó a comprimirse. Ocurrió entre la cuarta y la sexta jornada, del 20 y el 26 de septiembre pasado, con la visita al Vicente Calderón tres días antes del clásico gallego en Balaídos y la posterior visita al campo del Elche. Berizzo hizo entonces un cambio ante los colchoneros (Pablo Hernández por Nolito), otro en el derbi (Nolito por Pablo Hernández) y cuatro (Sergi Gómez por Mallo, Jonny por Planas, Augusto por Álex López y Charles Dias por Joaquín Larrivey) en el duelo ante los ilicitanos.
