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piragüismo | el adiós del mejor deportista olímpico español de la historia

David Cal: "Quizás me faltó un poco más de cariño por parte de algunas personas"

El palista de O Hío tiene una oferta de la Federación Brasileña para ejercer de técnico

El medallista olímpico David Cal, ayer paseando por la playa de Rodeira, en Cangas, con Vigo al fondo. // Gonzalo Núñez

Entró en el olimpo deportivo sin declaraciones grandilocuentes y se marcha sin hacer más ruido que el evidente de la repercusión de la retirada del mejor olímpico español de todos los tiempos. Aunque el trato recibido desde diferentes estamentos como el COE o la Federación Española no ha estado siempre a la altura, es difícil arrancarle una mala palabra hacia nadie. Ahora, aunque ayer no quiso confirmarlo, baraja una oferta para ejercer como técnico dentro de la Federación Brasileña de Piragüismo.

- Supongo que el de ayer [por el viernes] fue uno de los días más difíciles de su carrera deportiva.

- Evidentemente. No es fácil tomar una decisión como la que tomé y menos decirlo. Pero todos los deportistas tenemos fecha de caducidad y yo creí que éste era mi momento. Quería hacerlo de otro modo, sin tanto jaleo, pero las cosas no salen como uno quiere.

- Se va, a pesar de lo que se ha comentado, sin una sola mala palabra hacia su entrenador, la Federación o el COE.

- Sí, no voy a irme escupiendo contra nadie porque no es productivo. Lo que tengo que hacer es agradecer a mucha gente que ha estado conmigo y es lo que estoy intentando hacer.

- ¿Le ha faltado a lo mejor algo más de cariño cuando venía a España? La sensación que da desde fuera es que en su marcha se prometieron muchos apoyos pero que una vez se fue tampoco los encontraba al regresar.

- Bueno, quizá un poco sí por parte de alguna gente, pero es algo en lo que tampoco quiero entrar.

- ¿Podía haberse evitado de algún modo su retirada antes de que tomase una decisión irrevocable?

- No lo sé. Los motivos son los que expliqué, la falta de ganas, el hecho de venir aquí y entrenar sin gente, sin mi técnico. La intensidad no era la misma. Es un cúmulo de cosas que van sumando, que te van desgastando y que hacen que no quieras seguir.

- Ha hablado de que le gustaría transmitir su experiencia y conocimientos. ¿Será técnico en el futuro?

- Yo no lo tengo claro de momento. He tomado la decisión hace poco y aún estoy algo desorientado. Sí me gustaría hacer algo vinculado al deporte y si puedo ayudar sería perfecto.

- El alcalde cangués habló en su discurso de que no se podía dejar que usted se fuese a Brasil, que tenía que quedarse aquí. ¿Baraja una oferta como entrenador en Brasil?

- Bueno, eso fue un acto espontáneo del alcalde, pero eso de momento no se puede decir. No debo comentar nada.

- Pero sería raro que volviese allí si lo ha dejado principalmente porque echaba de menos esto.

- Aquí ya llevo un mes con ellos. Siempre he estado fuera de casa desde que tengo 14 años y tampoco sería decisivo... Pero no quiero hablar de ello.

- ¿La dinámica de trabajo, compartiendo entrenamientos con otros palistas pudo haber tenido algo que ver en su desmotivación?

- No, porque antes de 2007 entrenábamos con otra gente y yo últimamente echaba de menos esa compañía. Es muy duro salir a entrenar y no tener una referencia de nadie que te vaya estimulando. En Brasil estábamos muy bien atendidos, pero no funcionó.

- ¿Y el hecho de pasar de tener un entrenador casi las 24 horas para uno a tener que "compartirlo"?

- No, porque hasta 2007 Suso [Morlán] llevaba a 20 deportistas, incluido yo y no había problema. De hecho tenía entrenamientos individualizados. Suso atiende bien a todos porque se desvive. Eso no fue lo que falló. Siempre me ha metido mucha caña y se lo agradezco, porque hay entrenadores más piadosos, pero eso no funciona para obtener resultados, porque los rivales no son piadosos en la competición.

- ¿Influye también el hecho de luchar contra uno mismo una vez conseguido todo?

- Luchaba mi cabeza contra mí. Yo siempre he sido bastante casero, de estar con mi familia y mi gente. Allí estaba a 8.000 kilómetros de ellos y los fines de semana me quedaba solo porque mis compañeros se iban a sus casas. También es cierto que al llevar tanto tiempo en la élite renuncias a muchas cosas. Y tampoco tenía buenas sensaciones.

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