El presidente de la Diputación de Pontevedra, Rafael Louzán, dirigirá durante los próximos cuatro años la Federación Gallega de Fútbol tras imponerse por quince votos de diferencia al presidente saliente, José García Liñares, en la votación que ayer se celebró en el hotel Puerta del Camino de Santiago de Compostela.

En una elección igualada, como se presuponía tras la campaña áspera e intensa que protagonizaron ambos candidatos, Louzán consiguió 80 votos, por los 65 de Liñares. Cuatro de los sufragios fueron declarados nulos. Cerca de la una de la mañana se proclamó la victoria de Louzán que regirá los destinos del fútbol gallego durante cuatro años y se convierte así en la primera persona que ostenta al mismo tiempo la presidencia de una diputación provincial y de una federación territorial de fútbol.

El proceso resultó lento y tortuoso. Lo exigía de alguna manera la igualdad que se anunciaba en la víspera en la que ambos candidatos aseguraron contar con los 76 votos que garantizaban la victoria. Por eso se examinó al detalle todo el proceso de acreditación y elección. Antes de que los 150 asamblearios -representantes de clubes, árbitros, jugadores y entrenadores- ejerciesen su derecho al voto, los dos aspirantes se dirigieron al auditorio. Louzán les pidió su apoyo para afrontar el cambio que creía necesario para el fútbol gallego mientras García Liñares les reclamó su respaldo con la idea de continuar con la labor desempeñada durante estos cuatro años.

Al final pudo más el mensaje de Louzán y el trabajo que su equipo viene desarrollando desde hace meses cuando desde la provincia de Pontevedra se gestó una candidatura con la idea de arrebatarle la presidencia a García Liñares. Se confirmaron la mayoría de apoyos con los que contaba Louzán. El resultado final, sin ser apabullante, es rotundo teniendo en cuenta las condiciones en las que llegaban ambos candidatos y confirma que a los votos salidos de Vigo y Pontevedra (principal nido de apoyos del presidente de la Diputación) también se sumaron los de Ourense, los de los clubes de Santiago de Compostela y previsiblemente algún otro sufragio procedente de A Coruña o Lugo, los territorios que su rival tenía más controlados. Al final, en esta pelea que de alguna manera libraban el norte y el sur de Galicia, trasladada en esta ocasión al fútbol, acabó por vencer el sur.

Louzán comenzará ahora su labor al frente de la Federación Gallega de fútbol y deberá afrontar alguno de los asuntos que más polémica han generado durante la campaña electoral. Uno de ellos es la futura Ciudad Deportiva que García Liñares había proyectado en A Coruña y que Louzán dijo que pararía cuando fuese presidente porque lo consideraba una obra faraónica y que centraría sus esfuerzos en dotar a todas las provincias gallegas de los campos de fútbol que fuesen necesarios, poniendo como ejemplo lo sucedido en Pontevedra donde en los últimos años se han realizado unos setenta campos de hierba artificial. El posible traslado de la sede de la Federación Gallega a Santiago es otro de los asuntos que están en su agenda.