El Celta regresó ayer a los entrenamientos para comenzar a preparar una ilusionante temporada a las órdenes de Eduardo Berizzo que regresa como técnico a la liga española para consolidar al equipo vigués en Primera División con un estilo de juego ofensivo, de querencia hacia la pelota y apuesta por la cantera.
El cuerpo técnico que lidera el entrenador argentino arrancó suavemente, con una ligera sesión de trabajo destinada más que nada a desentumecer los músculos y soltar las piernas de un grupo de 21 futbolistas del primer equipo y media docena de chicos del Celta B, que también inició ayer los entrenamientos.
A esta primera cita faltaron nada más el chileno Fabián Orellana y el argentino Augusto Fernández, que prolongarán todavía algún tiempo sus vacaciones debido a su participación en el Mundial de Brasil. Orellana se encuentra ya de vacaciones en Chile, mientras que Augusto permanece concentrado con la selección argentina que mañana se juega el pase a semifinales ante Bélgica.
Tampoco asistieron a esta primera sesión de entrenamiento Jonathan Vila y Samuel Llorca, a quienes el Celta busca acomodo en otro equipo al no entrar en los planes de Berizzo. Sí estuvo José Ignacio Peleteiro, Jota, con quien el técnico sí que cuenta tras su protagonismo la pasada temporada en el histórico ascenso del Eibar, así como los tres fichajes estivales ya formalizados por el club: el defensa central catalán Sergi Gómez, el argentino nacionalizado chileno Pablo Hernández, a quien Berizzo se ha traído de O´Higgins para fortalecer el ataque del equipo, y el delantero Joaquín Larrivey, que se dirigió directamente al entrenamiento desde el aeropuerto de Peinador.
Seis chicos de la cantera estuvieron también ayer a las órdenes del nuevo técnico para realizar las pretemporada con el primer equipo. Se trata del defensa central David Goldar, que estará a caballo entre el filial y el primer equipo, el lateral izquierdo Samuel Araújo, los centrocampistas Borja Fernández y Jordan Domínguez y el media punta Yelko Pino, sin olvidar al guardameta Óscar Santiago. El joven cancerbero se puso a las órdenes de Carlos Kisluk, el nuevo entrenador de porteros, junto a Yoel Rodríguez, Sergio Álvarez y Rubén Blanco.
Entre los ausentes en el trabajo de campo estuvo Hugo Mallo. El lateral marinense está en la fase final de recuperación de la grave lesión de hombro sufrida a finales de la pasada temporada, que requirió que tuviese que pasar por el quirófano.
Mallo se encuentra en buena forma física e iniciará la temporada en plenitud de facultades, pero de momento se limita a trabajar en solitario en el gimnasio.
La primera sesión de trabajo a las órdenes de Berizzo fue ligera desde el punto de vista físico y no restó protagonismo al salón. El técnico, además, dio una charla a los futbolistas en la que se mostró cercano y directo.
