La fecha del 13 de junio quedará marcada para siempre en el calendario negro de la historia futbolística española. El 13 de junio de 1950, en Río de Janeiro, España caía por 6-1 ante la anfitriona Brasil en la semifinal de aquella Copa del Mundo que acabaría con España tercera tras ganar la consolación por 3-1 a Suecia, y con Brasil humillada por Uruguay tras perder 2-1 la final en un partido que pasó a los libros como el "maracanazo". Y el pasado viernes, 13 de junio, de nuevo en Brasil, la Roja sufría un sonrojante 1-5 ante Holanda en la que era su segunda mayor derrota de la historia en un partido oficial.

España también comenzó con derrota el Mundial de Sudáfrica (ante Suiza), pero el resultado (0-1) permitió que dos victorias ante Honduras y Chile, mismo rival con el que nos la jugaremos el miércoles, bastaban para lograr el liderato del grupo y, a la postre, conquistar la corona. Ahora la situación es mucho más compleja. Y es que tras el 1-5 las opciones para ocupar una de las dos primeras plazas que dan el billete a los octavos de final pasan por ganar a Chile y Australia... pero con matices. Y es que seis puntos no garantizan a España estar en la siguiente ronda, pero sí podría conseguirlo únicamente con cuatro. Así, si España empata el miércoles contra Chile podría clasificarse con 4 puntos si Holanda también supera en la jornada final al combinado sudamericano y los de Del Bosque logran una goleada histórica sobre Australia para remontar la diferencia de goles (España tiene -4, y Chile +2).

En cualquier caso, a España con ganar sin más los dos partidos no le vale, pues un triple empate a puntos le puede dejar fuera por la diferencia de goles. Dependemos también de los resultados de los de Van Gaal. Si Holanda gana a Australia en la segunda jornada y España supera a Chile habría que esperar a la última jornada para ver qué sucede. Una victoria de los chilenos sobre el cuadro holandés y la de España ante Australia dejaría un triple empate a puntos (seis). Ahí entra el golaverage general. Los de Del Bosque necesitarían endosar una goleada al cuadro oceánico para no quedarse fuera. Si no es así, España quedaría eliminada en un triple empate a seis puntos.

Si España gana el miércoles a Chile y ésta pierde o empate ante Holanda en la jornada final, a los de Del Bosque les valdría con ganar a Australia por cualquier resultado. Holanda sería primera con 7 ó 9 puntos y España segunda con 6. Chile quedaría eliminada, con 3 ó 4 puntos.

Si Holanda pierde contra Australia -nada probable- y España gana a Chile, todos los equipos llegarían a la última jornada con 3 puntos y con todo por decidir. Ahí el camino para la clasificación se antoja más fácil, ya que España sólo necesitaría ganar contra el cuadro oceánico para certificar su pase. Sumaría 6 puntos y podría ser incluso primera de grupo que Holanda y Chile empatan (quedarían con 4).

Si Holanda empata contra Australia (también difícil) y España gana a Chile habría que esperar al resultado de los de Van Gaal y Sampaoli en la última jornada. Si Holanda empata contra Chile, los de Del Bosque pasarían como líderes de grupo con un triunfo ante Australia; si Holanda gana a los chilenos, España pasaría como segunda ganando a Australia, y en caso de derrota holandesa y victoria española, Chile y España pasarían a la siguiente fase empatados a puntos y el liderato lo decidiría el goalaverage particular.

Si se diese un poco probable empate a puntos y diferencia de goles, la situación se resolvería teniendo en cuenta el total de goles marcados. A partir de ahí, los criterios a seguir serían: mayor número de puntos obtenidos entre los equipos empatados, diferencia de goles entre los equipos empatados, mayor número de goles marcados entre los equipos empatados y, por último, sorteo por parte de la comisión organizadora de la FIFA.