- ¿Cómo valora su primera temporada en Asobal?

- Ha sido una experiencia increíble. El nivel de exigencia y trabajo es muy alto y eso te hace mejorar cada día. Al principio juegas con un poco de nerviosismo y te cuesta más disfrutarlo; cuando coges experiencia, estas deseando jugar cada fin de semana. En cada partido te juegas muchas cosas y existe una tensión especial. También juegas por la ilusión de mucha gente, lo que te obliga a dar el máximo.

- ¿Se esperaba la renovación?

-Siempre la vi difícil. Considero que hay jugadores bastante más cualificados que yo. En cualquier momento puede llegar otro en mi sitio. Por eso intente trabajar al máximo y crecer para ganarme esa renovación. Finalmente llegó la oferta y no me costó mucho decidirme.

- Al Villa de Aranda le costó amarrar la permanencia

- Al principio, con lo mucho que trabajábamos, pensaba que el objetivo podía llegar en cualquier momento pero con el paso del tiempo no conseguíamos dar el pequeño salto de calidad que nos faltaba. Las cosas se pusieron realmente complicadas. A base de más esfuerzo conseguimos resolver la situación a falta de dos jornadas y respirar tranquilos.

- ¿Se les pasaba por la cabeza el descenso?

- Estando ahí abajo cada fin de semana siempre se te pasa por la cabeza, es inevitable. Tenía una cierta tranquilidad porque confiaba en nuestro trabajo. Íbamos a lo nuestro, sin distraernos con resultados de otros partidos.

- ¿Cómo se vive un partido en Aranda?

- Es una sensación extraordinaria. Los partidos ya empiezan el lunes, la gente te anima, te pregunta por la calle y después ves el pabellón lleno con 2.500 personas gritando y animando de principio a fin. Al acabar los partidos ves a todo el mundo celebrándolo o esperándote para animarte. Es un lujazo jugar en una cancha llena teniendo en cuenta como está todo.

- Vivió usted un partido especial en la visita al Frigoríficos.

- Venía con mucha ilusión. Quería hacer un buen papel delante de mi gente, así que la motivación era enorme. Al llegar a O Gatañal vi a tantos amigos de la peña de Chapela "Os Canteiráns" y conocidos apoyándonos que la motivación fue en aumento. Solo pudimos llevarnos un punto pero me ha quedado un gran recuerdo de aquel día.

- ¿El balance deportivo?

- Como he dicho ha sido muy muy difícil, en una de las ligas mas igualadas, con todos ganando a todos (exceptuando el Barcelona). En lo personal, he aprendido cantidad de cosas que no me veía capaz de hacer. He perfeccionado y mejorado cosas que había aprendido en mi anterior etapa en Chapela.

- Ha sido la primera vez que se separaba usted de su familia.

- Pensaba que iba a ser mas fácil. Ya no ves a tu familia en la grada, no los ves todos los días en casa y la comida de la madre y la abuela se echa de menos (ríe). Cuando pasa el tiempo te vas acostumbrando. Entrenando mucho te evades un poco, intentas controlar la morriña. Son etapas que hay que vivir y saber disfrutar.

- ¿Qué es lo que más ha echado de menos?

- Principalmente a la familia, novia y amigos; después, quieras o no, acabas echando de menos tu tierra en general, el querido mar y por supuesto la lluvia. Algo que se echa mucho en falta es un buen pulpiño á feira.

- ¿Se ha sentido cómodo en un vestuario profesional?

- Han sido una gente encantadora, conectamos todos muy rápido y se hizo un grupo humano muy bueno. Nos apoyábamos en los malos momentos y nos reíamos todos juntos en los buenos. Guardaré grandes recuerdos de este año con ellos.

- ¿Y su entrenador, Jacobo Cuétara?

- Pues muy bien, tiene un carácter de trabajo continuo que es lo que iba buscando para adquirir cualidades nuevas. Por suerte, ha estado muchos años en León trabajando con la base y todo se hizo sencillo.

- ¿A qué aspira en su carrera a largo plazo?

- De momento es difícil plantearse cosas porque solo ha sido un año en Asobal, necesito aprender mucho más técnicamente y coger más experiencia. No puedes relajarte ni confiarte nunca porque es cuando llegan las desilusiones. Mentiría si no digo que me gustaría competir en Europa o llegar al más alto nivel de clubes, pero hay que saber en qué punto esta cada uno y valorar hasta dónde se puede llegar en cada momento.

- ¿Sus años en el Chapela le han resultado útiles?

- Por supuesto, si no hubiera jugado todos esos años en Chapela a un nivel alto, con buenos jugadores y un entrenador como Teixeira, no hubiera llegado hasta aquí. He aprendido de cada uno de ellos y les estoy muy agradecido. Siguen siendo mis compañeros a pesar de estar en otro equipo.

- ¿Como ha vivido el descenso del Chapela?

- Con mucha tristeza y rabia porque se merecían estar un año más en plata. Sé lo mucho que han trabajado y los sacrificios enormes que han hecho durante toda la liga. Jugártelo todo en un fin de semana duele todavía más. Espero que vuelvan a luchar por ascender .