El Celta despidió una brillante temporada con una derrota en Mestalla, un campo tradicionalmente complicado para el conjunto vigués que ayer volvió a atragantársele al vivaz conjunto de Luis Enrique. En su último partido al frente del banquillo celeste, no pudo el preparador asturiano conservar el octavo puesto, que se adjudica el Valencia por mejor coeficiente de goles, ni tampoco igualar el récord de cinco victorias consecutivas establecido por Víctor Fernández ni el de puntos a domicilio en posesión de Miguel Ángel Lotina y Fernando Vázquez.

Una pequeña mácula en un partido de puro trámite que no desluce la notable campaña firmada por Luis Enrique, que deja Vigo para asumir la dirección del Barcelona con la satisfacción de haber cumplido con creces el objetivo que se le había encomendado con una propuesta valiente, atractiva y vivaz. Casi una década después de su última clasificación para Europa el Celta vuelve a ser, de la mano del preparador asturiano, referente de las buenas maneras futbolísticas

Arrancó el equipo vigués, como prometió Luis Enrique la víspera, con un equipo competitivo, aunque sin algunos titulares. Cabral dio paso a Íñigo López en el centro de la defensa, Oubiña entró como pivote defensivo por Krohn-Dehli y Levy Madinda y Álex López suplieron a Augusto y Rafinha como interiores. Por delante, arrimados a los costados, formaron Orellana y Nolito y Santi Mina relevó a Charles como punta de lanza.

Con tales mimbres no tardó el Celta en mostrar su veneno y, antes casi de darse cuenta, el Valencia, que llegaba el choque más pendiente de la venta del club, -comprado ayer por el millonario chino Peter Lim- que del rival se encontró a remolque en el marcador. El equipo celeste le golpeó en medio de la línea de flotación en el minuto 4 con una jugada ensayada magistralmente ejecutada. La falta, muy alejada de la portería la botó Nolito apoyándonse en Álex López, que prolongó la pelota en profundidad hacia Jonny. El canterano alzó la vista y templó la pelota hacia Íñigo López, que la remachó al fondo de la red casi sobre la línea de gol.

Un gran gol de estrategia que impulsó al Celta en el partido y dejó algo tocado al conjunto de Juan Antonio Pizzi, que no obstante buscó el empate en un poderoso lanzamiento de Vargas que se perdió por la línea de fondo. Los celestes volvieron a cargar con una jugada entre Nolito y Orellana que el chileno no llegó a controlar bien en el área y un posible penalti de Mathieu por derribo en el área Álex López que el ferrolano ni siquiera se molestó en protestar.

Aunque la iniciativa y la pelota la tuvo el Celta, fue el Valencia el que creó mayor peligro. Pero se topó de bruces con Sergio. Tras brillar ante Osasuna y asombrar frente al Madrid, O Gato volvió a ofrecer todo un felino repertorio de agilidad y reflejos volando para despejar un obús desde la frontal de Míchel, despejando con la rodilla malintencionado tiro de Piatti o anticipándose a Jonas. El cancerbero de Catoira no pudo evitar sin embargo que Feghouli empatase, de cabeza, el choque, muy bien asistido, también de cabeza por Piatti tras un centro desde la izquierda de Parejo. Faltaban cinco minutos para el descanso.

Y el problema para los celestes fue que el Valencia golpeó de nuevo apenas transcurridos cinco minutos del segundo acto. Un despiste defensivo permitió a Piatti establecer, con un cabezazo franco el segundo gol che, a pase de Feghouli.

Nolito tanteó a Alves con muy mala intención con un par de disparos lejanos, pero el primero no cogió rosca y el segundo lo atrapó el portero brasileño, que también detuvo un flojo lanzamiento de Madinda en buena posición. Luis Enrique trató de dar algo más de profundidad al ataque celeste con Krohn-Dehli, que relevó a un Álex López un tanto insulso (cuya mejor aportación fue un disparo lejano en el primer tiempo que obligó a lucirse a Alves) y Bermejo, que no mejoró demasiado en el que seguramente será su último partido con la zamarra celeste las prestaciones del joven Santi Mina.