A escasamente dos semanas del arranque liguero, el Celta transmite buenas vibraciones. Al grupo de Luis Enrique le resta un largo trecho para acercarse a su mejor versión, pero la puesta a punto del equipo marcha según los planes del técnico y las buenas maneras apuntadas ante adversarios de primera fila, como el Oporto o el Southampton, estimulan el ánimo.

Después de tres compromisos de pretemporada se percibe un interesante avance en la organización defensiva que casa con la idea del técnico de armar el equipo de atrás hacia adelante y el esbozo de una propuesta futbolística de trazo fino, con buena pinta, pero aún difusa en la fase ofensiva. Pero Las líneas maestras del nuevo proyecto están trazadas y, a la espera que se puedan producir un par de incorporaciones, el equipo evoluciona a ritmo sostenido

variedad táctica

Cuando la víspera del Memorial Quinocho se le preguntó por su sistema de juego predilecto, Luis Enrique se mostró tan categórico como evasivo. "Tenemos un sistema buenísimo: atacan once y defienden once", zanjó, para explicar luego que existían matices. Estos matices se han sustanciado, a juzgar por los visto en los partidos de esta pretemporada, en dos esquemas básicos: uno con defensa de cinco hombres y otro con línea de cuatro en la retaguardia, esto es, un 5-2-3 y un 4-3-3. Con alguna ligera modificación, el técnico asturiano ha alternado los dos dibujos, en ambos casos, con buenas prestaciones defensivas y bastantes más problemas en el balance ofensivo.

El pasado sábado, frente al Southampton en Balaídos, el técnico arrancó con una defensa de cuatro, con Oubiña por delante de los dos centrales, aunque muy pegado a la línea, de manera que el Celta atacaba con cuatro en el despliegue y defendía con cinco en el repliegue. En ambos esquemas el papel del capitán céltico se antoja fundamental. En el medio campo, mientras, lo más interesante fue la presencia de Augusto Fernández y Krohn-Dehli escoltando a Oubiña en la posición de interiores. Esta idea, empleada ya por Paco Herrera en algunos partidos de Liga la pasada temporada, parece que cobra forma con Luis Enrique, que cuenta también con emplear a Álex López en esta posición.

Por lo que respecta a la línea de vanguardia, parece claro que el preparador celeste va a apostar por una tripleta de atacantes en la que de momento nadie tiene las plazas adjudicadas. Contra el Southampton formó con Nolito en la izquierda (su posición habitual), Charles en la derecha y Rafinha como falso nueve, aunque Rafinha, antes de lesionarse, y Charles, intercambiaron frecuentemente sus posiciones. Luis Enrique valoró tras el choque la versatilidad de sus atacantes y destacó que quiere aprovechar esta polivalencia en beneficio del equipo.

falta pegada

La falta de gol estuvo a punto de dar la pasada temporada con los huesos del Celta en Segunda División. Esta temporada al equipo le ha faltado también pegada (un gol en tres partidos), si bien el técnico lo achaca más a una cuestión de trabajo (hasta ahora se ha centrado más en apuntalar la defensa que en desarrollar el ataque) que de potencial ofensivo. Luis Enrique considera que el actual plantel tiene suficiente pegada para competir con garantías por la permanencia y espera que el gol sea el próximo curso un bien compartido, es decir que no dependa de un solo hombre como ocurrió la pasada campaña con Aspas. Con todo, la llegada de un hombre más de ataque parece necesaria.

los fichajes

El rendimiento de los fichajes ilusiona. El equipo ha apostado por la calidad y las contrataciones conjugan condición técnica, juventud y experiencia. Lejos de desentonar, los nuevos aportan al equipo características de las que carecía. Charles y Fontás convencen y Rafinha y, sobre todo, Nolito han mostrado un gran nivel.

protagonismo de la cantera

La llegada de Luis Enrique ha reforzado, como se pretendía, la apuesta del Celta por la cantera. Y lo ha hecho más de lo esperado, pues el técnico no solo ha mantenido la jerarquía de los canteranos que ya estaban en el primer equipo, sino que dado un inesperado protagonismo a una buena parte de los futbolistas más jóvenes, muchos de ellos todavía en edad juvenil. La decisión de subir a Rubén Blanco y Santi Mina al primer equipo ha sido valiente, aunque no exenta de riesgo.