El celtismo fue puntual a su cita. Eran las 19:15 horas y se veía a lo lejos el autobús del Celta. La afición entonaba los primeros cánticos en los aledaños de un Balaídos que se antoja clave para dar el primer paso hacia la permanencia. Miles de personas arropaban a sus jugadores, a sus héroes. Las bengalas y el color celeste guiaban el vehículo desde Manuel de Castro hacia el coliseo vigués.

El delirio se había apoderado de la afición. Es la enésima muestra de fe hacia el colectivo que dirige Abel Resino. El celtismo vuelve a entonar el "Non Nos Rendemos". Creen en su Celta, en la segunda oportunidad que le brindaron sus rivales directos en la lucha por la permanencia con los resultados de la pasada jornada. Tras la derrota ante el Atlético de Madrid apenas había opciones, sólo un 4% de probabilidades. La afición no desfalleció. Siguió confiando en una salvación que se había convertido en casi imposible. Sin embargo, los milagros a veces existen. Y el Celta y su afición quieren culminar ese milagro a partir de las 21:00 horas.