El Celta llega al último repecho del Tourmalet, la visita a Balaídos del Barcelona, desfallecido por las terribles secuelas de Riazor que obligan a Abel Resino a redefinir su equipo en una cuenta final de diez partidos que decide la permanencia. La ausencia de Iago Aspas, castigado con cuatro encuentros de suspensión por propinar un cabezazo al deportivista Marchena, marcará buena parte del trayecto. El técnico celeste debe encontrar una solución para reemplazar a su único goleador verdaderamente productivo y tiene que hacerlo sobre la marcha y sin margen apenas de maniobra para no perder de vista la línea que marca la salvación, que de momento se mantiene a tres puntos. Un desafío mayúsculo, si se considera que el moañés ha firmado más de un tercio de los goles que suma un equipo que no ha destacado precisamente esta temporada por su capacidad anotadora.

Las cuentas de Resino, según él mismo ha reconocido, pasan por salir vivo del duelo del próximo sábado contra los azulgrana, es decir, por mantener la distancia con la línea que marca la salvación. Los duelos de sus rivales favorecer este objetivo. El Mallorca y el Deportivo se enfrentan entre sí en Son Moix, el Athletic de Bilbao recibe al Granada y el Zaragoza visita el Santiago Bernabéu. Con algo de suerte, incluso perdiendo con el Barcelona, la salvación se mantendría a tres puntos con 27 por disputarse. Desde esta perspectiva, la confrontación con el inasequible conjunto azulgrana -un equipo que se ha dejado de sumar esta temporada ocho puntos- ofrece mucho que ganar y muy poco que perder. Pero después de la lastimera imagen ofrecida en el clásico gallego, sin embargo, el equipo está obligado a dar la cara y tendrá que hacerlo sin algunos sin su goleador de referencia.

Frente al Barcelona, Resino parece decidido a jugar la baza de Park, un delantero que no ha cumplido con las expectativas, pero al que le ha faltado continuidad y que mantiene el mejor promedio goleador del equipo en relación al número de minutos jugados. El técnico considera que Park puede ser todavía un futbolista rentable para el Celta en el tramo decisivo del campeonato y no son pocos los miembros del plantel que tienen una gran fe en el surcoreano, del que destacan su gran condición atlética -gana casi todos los balones, dice Túñez- y su instinto natural para moverse en el área.

Park podría estar acompañado en punta frente al Barcelona por Bermejo, un profesional de la brega, en una apuesta de juego más directo y vertical. De Lucas y Krohn-Dehli, mientras, parten con ventaja sobre Augusto y Orellana para jugar en banda, pues tanto el argentino como el chileno regresarán a Vigo tras un largo viaje y con las horas contadas tras participar con sus selecciones en distintos partidos de clasificación para el Mundial de Brasil 2014.

Pero no solo la defensa debe reinventarse Resino. La ausencia de Túñez por acumulación de tarjetas la obliga a modificar la defensa. No se trata tanto de un simple cambio de piezas, obligado por la sanción del internacional venezolano, como de un reajuste de la retaguardia. El equipo no ha asimilado la decisión del técnico de adelantar entre diez y quince metros la línea de achique con la idea de acortar el trayecto hacia el marco rival. La vieja teoría de la manta corta que solo alcanza para taparse la cabeza o los pies está en el origen del problema.

Lo cierto es que, con Resino al frente, el Celta no ha sido capaz de resolver sus problemas de ataque y ha empeorado notablemente en el balance defensivo, que ha pasado de un promedio de poco más de un gol por partido con Paco Herrera a 2,5 con el toledano. El regreso de Gustavo Cabral como acompañante de Vadim Demidov parece seguro en el eje de la zaga y tampoco habrá sorpresas en las bandas, que volverán a estar ocupadas por Jony y Roberto Lago. Parece difícil, en todo caso, que frente a un equipo como el Barcelona, que acapara la pelota y empuja a sus rivales contra la portería, sea el Celta capaz de mantener su defensa tan adelantada.

El preparador celeste deberá resolver también en los próximos días el enigma del medio campo, donde el técnico está pendiente del estado físico de Álex López. Aunque la evolución de la lesión del ferrolano es buena, todo hace indicar que llegará un tanto justo al partido, con lo que el técnico debe evaluar si lo recupera como acompañante de Oubiña o tira de otra gente, como Pranjic, que funcionó bien ante el Madrid pero se contagió del desaguisado colectivo en el derbi, o busca soluciones más conservadoras, como Jonathan Vila.