Orellana y Oier centran la atención de la dirección deportiva en la fase inicial de confección del próximo proyecto. El Celta ha confesado públicamente que desea ficharlos. Vincula a su continuidad el número de refuerzos que serán necesarios (cinco, se aventura, si el navarro y el chileno se quedan). El club ya ha establecido los primeros contactos con los propietarios de las licencias federativas. Existe optimismo en Praza de España pese a la complejidad de la situación. En ningún caso se pagarán los tres millones de cláusula establecidos en los contratos de cesión. Asume que necesitarán mayor nivel de inversión con Orellana.

Oier debe reintegrarse a la disciplina de Osasuna. El club pamplonica se encuentra en pleno proceso electoral tras la marcha del eterno Patxi Izco. Uno de sus directivos, Miguel Archanco, ya ha reunido las firmas necesarias para presentarse. Javier Zabaleta, que parece contar con la simpatía de la federación de peñas, intenta completar ese requisito. Los comicios están fijados para el 30 de junio.

La negociación, sin embargo, ya se ha iniciado. La estabilidad a nivel deportivo de Osasuna, con Mendilibar en el banquillo, facilita la interlocución. Los navarros muestran una posición de fuerza. La inevitable, por otra parte, en la primera fase de cualquier negocio. El director deportivo, Ángel Martín, recuerda que Oier ha realizado "una temporada extraordinaria" en el Celta. Curiosamente ha sido en Vigo donde Oier se ha revelado como un gran central, posibilidad que raramente manejaron en el club donde se ha formado. Mendilibar piensa en él como sustituto de Roversio.

El Celta tiene a su favor la voluntad de Oier, que ha pedido que haga "fuerza" por él. Aunque parece obvio que al joven tampoco le disgustaría tener que quedarse en su club de siempre. Carlos Mouriño está dispuesto a pagar, pero no una cantidad desorbitada.

Tampoco los tres millones de euros de la cláusula de Orellana responden a una situación real de mercado. Aunque por su posición atacante se asume en Praza de España que la compra del chileno exigirá un mayor desembolso. A la familia Pozzo, propietaria de Udinese, le costó en su día 3,25 millones de euros, que al cambio actual serían 2,5 millones de euros. Fue en 2009. El panorama económico del fútbol, como el general, se ha deteriorado mucho desde entonces.

Sigue siendo Gino Pozzo el hombre con el que hay que negociar. Orellana está en manos de su grupo inversor, aunque los derechos le fuesen cedidos al Granada el pasado verano y formalmente el jugador pertenezca a la disciplina del club andaluz. Una ventaja, en este caso. El mensaje que envía el director deportivo y vicepresidente del Granada, Juan Carlos Cordero, es que el Celta debe pagar tres millones ya que cuentan con Orellana en el equipo de la próxima temporada. Pero en realidad es el componente financiero el que domina.

Por otra parte, la situación institucional de la entidad nazarí resulta confusa. Abel no sigue como entrenador, sin que se conozcan candidatos a reemplazarlo. Quique Pina, el presidente, también amenaza con irse. Es parte de su batalla con el ayuntamiento, que quiere que el Granada pague el mantenimiento del estadio de Los Cármenes (cifrado en 800.000 euros). El Celta no necesita esperar a que se aclare ese caos. Sabe a qué puerta llamar: la de los Pozzo. Los celestes tienen la baza del propio Orellana, hombre de carácter especial que en Vigo ha encontrado la estabilidad que necesitaba. Desnortarlo no parece un buen negocio.

Búsqueda en la portería

La Radio Galega asegura que el Celta buscará un portero en verano, lo que podría suponer la salida de Yoel o Sergio. El club, sin embargo, no lo confirma.