-Vuelve a uno de sus hogares en la temporada en que, en principio, no tocaba visita: Ciudad de Vigo, Copa Asobal, Copa del Rey.

-Es un placer volver a Vigo y encima es para jugar la Copa Asobal. Ojalá se nos dé bien.

-Su presencia quizá incline a favor del Barça a la afición local. Ademar, en semifinales, contará con gente en las gradas.

-En Vigo siempre se ha tratado al Barça con cariño. Hay mucho culé. Espero que nos ayuden aunque el trabajo duro lo tendremos que hacer nosotros.

-Una ocasión para que la entendida afición gallega disfrute.

-Está claro. Galicia es una de las zonas más importantes para el balonmano. Han sido muchos años con varios equipos arriba. Y espero que nos encontremos a alguno ya. La Asobal sin equipos gallegos se hace extraña.

-El Barça llega como líder de la liga tras derrotar al Ciudad Real.

-El equipo está bien, jugando de forma sólida. Como todos, llegamos un poco con la lengua fuera tras cuatro semanas de un ritmo infernal. Estos días nos deben servir para cargar las pilas e intentar ganar los dos partidos de la Copa Asobal. No será fácil, sobre todo el primero ante Ademar.

-Todo el mundo plantea la Copa Asobal como otro capítulo en el eterno duelo Ciudad Real-Barça. Pero León y Valladolid se aferran a estas oportunidades.

-Y además es una plaza de “wild card” para la Champions. Tanto Valladolid como León son capaces de ganar a Ciudad Real y Barça. Tienen buen nivel, plantilla y van a más. Su derbi ha sido un espectáculo tremendo. Son equipos especialistas en este tipo de competiciones. No será fácil ni espero un pase tranquilo.

-¿No sirve de referencia su reciente victoria sobre Ademar?

-No salimos con ningún gol de ventaja. Hay que ganárselo en el día. Ademar es capaz de vencernos. Prepararemos el partido lo mejor que podamos, dosificándonos porque la gente llega tocada y veremos cómo se desarrolla.

-¿Es fácil mantener la tensión de la plantilla tras ganar al Ciudad Real un partido que se considera “medio título” liguero?

-La gente saber perfectamente que la liga está durísima. Los rivales cada vez son más fuertes. Para el público, la final siempre es Barça-Ciudad Real. Pero a veces no sucede. Hemos perdido este año partidos en Champions que la gente cree que no debes de perder. Pero es que está difícil esto. Ganar a Ciudad Real es importante, pero igual que a CAI o Granollers. No dejan de ser dos puntos. Está claro que tras muchos años vamos por delante y podemos pinchar algo. Ellos lo tienen más difícil. Pero no es cierto que medio título esté en el bolsillo.

-Para un club como el Barça, derrotar al Ciudad Real debía haberse convertido en una obsesión. Los manchegos llevaban 67 victorias ligueras consecutivas.

-No, no te equivoques, ni mucho menos. A mí sólo me obsesiona mi equipo. Ya firmaría que el Ciudad Real hubiese llevado 70 victorias si ganamos la liga. No me preocupaba la racha del Ciudad Real igual que creo que no le preocupaba a Talant. No estamos obsesionados con nadie. Somos capaces de ganar a cualquiera en cualquier sitio. Y somos capaces de perder con equipos que la gente cree que no. Ganar los partidos nos cuesta mucho. Ese afán de decir “con este equipo ya está” menosprecia la labor de los jugadores. Si no han perdido en la primera vuelta es porque se lo han ganado en cada partido y entrenamiento. Hay que ser justos con ellos.

-¿Usted se siente afianzado? Recibió muchas críticas tras la final perdida de la Champions.

-Fíjate en lo que me estás diciendo, llegamos a la final de la Champions y hay dudas. El puesto del entrenador del Barça es el más goloso y el más difícil. Yo sé el sitio en el que estoy, hago mi trabajo, confío en mi equipo de técnicos y si alguien debe tomar decisiones, que las tome cuando llegue el momento. Ningún problema. No me preocupa que la gente de fuera dude. Me preocupa mi equipo. Nadie hace nada para que nosotros ganemos, sólo nosotros. Estamos en nuestro barco, remando en la misma dirección. Ahora todo parece bonito y a lo mejor acabamos la campaña peor que la anterior. Aún no hemos hecho nada. El tiempo nos acaba poniendo en nuestro sitio.

-Año uno después de Barrufet.

-David es David, especial e insustituible. Ha dotado al equipo de un ambiente, una forma de hacer dentro del vestuario. Deportivamente lo hemos sustituido. Sjostrand está cumpliendo con creces. Las otras funciones que hacía David se las han redistribuido otros jugadores. Seguimos siendo un equipo capacitado para luchar por cualquier título.

-Entusiasma Sorhaindo.

-Ahora mucha gente dice eso y también se criticó su fichaje. Estando en el Barça todas las decisiones son criticadas. Nunca son alabadas. Sorhaindo es un fichaje extraordinario como Raúl Entrerríos y Sjostrand. Aportan lo que buscábamos. Tenemos claro qué debemos hacer, una línea marcada.

-¿Haber trabajado como director deportivo en el Pilotes, donde hay que pelear tanto, le sirve en su actual rol?

-Sin lugar a dudas. Pero muchas veces decimos “pelear mucho las cosas”. Cuidado, estar en el Barça también es pelear mucho las cosas desde otro punto de vista. Nadie regala nada en ningún sitio. La situación que viví en el Pilotes, como cuando estuve en Chapela, Teucro o Gáldar, me ha servido muchísimo. He aprendido de mucha gente, cosas buenas y otras no tanto, y todas han servido para formarme.

-¿Cómo ve al Pilotes?

-Bien. Cuando un equipo es favorito, nunca se le dan los méritos que realmente tiene. Parece que sea una obligación ascender y nadie se da cuenta de que muchos equipos tienen ese objetivo. Octavio estará peleando y confío en que acabe primero.

-Al entrenador del Barça lo cuestionan constantemente; Quique Domínguez lleva una década a las duras y a las maduras.

-Los que hemos estado en el Octavio sabemos lo que es el Octavio y siempre lo llevaremos dentro. Quique es una persona del Octavio como lo son Macías y Cerillo, que llevan toda la vida ahí, o como Rubén Peña y otra gente. Entender qué es el Octavio es muy importante. El presidente, Javier Rodríguez, es una garantía para los que lo conocemos de verdad.