El Celta B tuvo que emplearse a fondo ante un Sestao River desesperado por puntuar para llevarse el triunfo y enlazar su segunda victoria consecutiva en Barreiro. Tras la suspensión el pasado fin de semana del encuentro en Bilbao ante el Athletic B a causa del temporal que azotó el norte peninsular, el conjunto celeste retomaba el pulso a la competición ante un rival en una situación crítica y que llegaba a Vigo en puestos de descenso.

Fue un rival incómodo. Más de lo esperado. Saltaron los de Del Barrio enchufados y dispuestos a tomar las riendas de un partido que no pintaba bien para los intereses locales. Pero enseguida se desperezó el filial con una gran jugada en el minuto 6 entre Oriol y Pedro, que de forma incomprensible envía el esférico fuera tras quedarse solo ante Oier. Fue un aviso claro para poner freno a la osadía del Sestao.

El Celta B triangulaba de forma magistal el balón, practicaba un fútbol ofensivo, pero le faltaba remate. No había determinación de cara a la portería rival y los minutos pasaban sin que se acercara con verdadero peligro al área rival. Hasta el minuto 20 no fueron capaces de generar otra ocasión clara. De nuevo Oriol lanzaba un remate muy ajustado al palo que tampoco pudo colarse en la red.

El Celta B proponía diálogo, pero se perdía en la conversación. No llegaban las conclusiones. Eso sí, se dedicó a marear al Sestao, que esperaba atrás, intentando aprovechar algún despiste de la adelantada zaga local con balones largos.

Tras el descanso dio la sensación de que el Sestao empezaba a desfondarse, parecía ahogarse en las reducidas dimensiones de Barreiro y la mayoría de sus despejes acababan siempre en las gradas. En el minuto once el Celta B encontró el premio a su insistencia. Toni remató una jugada triangulada que se inició en Álex, que se la pasó a Richi para que éste centrase a Toni, que sólo tuvo que empujar el esférico para marcar el primero.

Pero la ventaja duró dos minutos. Una pérdida de balón de Álex permitió a Etxabe quedarse solo ante Sergio para establecer el tanto del empate. Un jarro de agua fría para los célticos.

El partido entró en una fase gris. No había propuesta de juego por ninguna de las dos partes y el encuentro se encasquilló en la zona central del campo. Tardaron en recuperar la concentración los de Abelleira, desnortados por las múltiples protestas visitantes. Volvió el diálogo y la situación empezó a enderezarse.

En el minuto 78 Pedro pone un centro preciso desde la derecha que Toni cabecea para dejar el remate en bandeja para Oriol y adelantar de nuevo a los vigueses. El Sestao ya estaba noqueado. Se le acababa el oxígeno. El Celta B pudo ampliar su renta en el descuento con un remate de cabeza se salió por alto por milímetros. El Sestao, hundido un poco más en los puestos de descenso, ya no pudo ni supo reaccionar.