Ya sin fiebre, pero todavía con la mirada vidriosa tras varios días renqueante, Fernando Alonso lamentó que el R29 no le haya ofrecido el rendimiento esperado. “Yo no estoy al cien por ciento, pero el coche tampoco”, lamentó poco después de terminar con el décimo mejor tiempo de ayer, que le coloca noveno en la parrilla por la sanción de diez puestos a Vettel.

El piloto asturiano tuvo que emplearse a fondo para colocar el coche en la Q3, un trance que devolvió a la memoria los peores momentos de la temporada pasada. “Sabía que en la Q2 tenía que hacer dos vueltas suicidas para pasar. Si salían bien, estupendo”. Una vez allí, ni siquiera pudo luchar por la “pole” y se conformó con conservar neumáticos y cargar el coche de gasolina para retrasar la primera parada si lo considera necesario. No ocultó su decepción. “Esperábamos más porque queríamos ser competitivos aquí. La tónica tiene que cambiar cuanto antes, empezando por China porque si no, se van a escapar demasiado los coches de delante”. Fernando Alonso asume que la carrera de hoy no le traerá un gran resultado, sobre todo porque los primeros puestos ya parecen con dueños claros. “Soñábamos con estar sextos o séptimos pero hemos ido con la lengua fuera para meternos entre los diez primeros”.

Entre los pilotos, el temor a la lluvia es generalizado. Después de la sesión de clasificación, una fuerte tormenta castigó durante media hora al circuito de Sepang. Si sucede en carrera no habrá neumáticos de agua que valgan. Se corre a las cinco de la tarde en horario local y tampoco hay tranqulidad ante el temor de que las últimas vueltas se disputen a media luz. “Aquí llueve muy fuerte”, explica Fernando Alonso. “Habría que esperar a que pasara la tromba, pero corriendo a las cinco de la tarde no hay mucho tiempo para esperar. Se hace prácticamente de noche cuando llueve”, reflexiona el asturiano, ante el temor de que el agua les deje luego sin tiempo para terminar la carrera con la suficiente luz natural. “Pero lo más normal es que se pare la carrera”, remató.

“Será interesante ver lo que pasa, nadie lo sabe. Lo que sí está casi garantizado es que se parará la carrera. Respecto al kers no creo que haya ningún problema, va aislado completamente, ya hemos rodado con él en agua, pero utilizar estos caballos extra en agua cuando las ruedas van patinado es perjudicial”, apuntó.

A pesar de las dificultades, Fernando Alonso no abandona la pose optimista en cuanto a su futuro en el campeonato. La experiencia de 2008 le dice que las cosas pueden cambiar mucho a lo largo de la temporada y sigue pensando que la clave va a estar en seguir incorporando elementos nuevos al monoplaza periódicamente. “No hay motivo para pensar que no podemos mejorar. El año pasado se vio cuánto pudimos progresar a lo largo del campeonato. El punto de partida era bastante malo y este año sigo diciendo lo mismo. Que es mejor, que el coche no responde mal, sólo que nos faltan unas pocas décimas para estar arriba y luchar con los mejores”, razonó.