Cuando llegué a Galicia era muy difícil encontrar una persona que hubiese estado en mi país pero ahora las cosas han cambiado. Estudiantes, turistas, empresarios y trabajadores viajan a Rumanía, estamos permanentemente en contacto en las dos partes del viejo continente.

Paco estuvo en Rumanía tres veces y quiere volver; Brais hizo un máster en Iasi, conoció allí a una chica rumana y ahora viven juntos en Vigo,; Antía y Marcos quieren hacer un curso este verano en Cluj; Sabela fue a ver una amiga en Timisoara; el padre Lista con un grupo de la parroquia visitaron los monasterios de Moldavia; José me encargo un estudio de mercado en Brasov,; Luis va continuamente a Constanta por trabajo y quiere aprender rumano. Todos volvieron de Rumanía encantados por los paisajes y por la gastronomía pero sobre todo por el trato humano recibido. Ellos son nuestros embajadores aquí en Galicia.

Me pareció interesante la observación que hizo Sabela: "La gente mayor está muy triste allí". Sería por la morriña que tienen de los hijos que se fueron al extranjero en la búsqueda de un futuro mejor. Se estima que en los últimos veinticinco años han emigrado de Rumanía más de cinco millones de personas, caso único en el mundo creo, si se tiene en cuenta que el éxodo se produjo en tiempos de paz. En Galicia viven miles de rumanos por lo que quiero agradecer a los gallegos la amabilidad y la hospitalidad que siempre nos ofrecieron.