Felicitar por el sistema de escaleras mecánicas hasta la calle Camelias, que tanto servicio está haciendo y donde hay que lamentar la gamberrada de los vándalos que andan sueltos, quienes con su falta de civismo, intentar inutilizarlo.

Aprovecho para sugerir -respetando todas las opiniones- que, acercándose a tal vistoso elevador desde la citada calle, da una impresión de vértigo por su acristalamiento que, mal no estaría, si tuviera dos barras cruzadas metálicas horizontales donde echar mano niños y mayores, tanto para mayor protección de la cabina como para comodidad del visitante.

Así quisiéramos ver terminado el iniciado tramo que con tanto éxito se inició en la Porta do Sol, en el supuesto de que sea llevado a su parte alta, pues de momento cumple con una buena función para algunos, pero con la decepción para otros que no pueden usarlo por no poder completarlo por piernas o por estado de salud.

Ya de pedir, recordar a quien le corresponda las barandillas -barras de protección o pasamanos- que tanto se echan de menos. Hay muchos por nombrar,. Diré solo algunas: desde el olivo al Ayuntamiento, desde el ajardinado de la calle Camelias a Falperra; y la peligrosa bajada desde la iniciada c/ Hispanidad a c/ Camelias, donde ayer -muy oportunos- vimos cómo un señor de años las subía gateando por no tener donde apoyarse y por las desproporcionadas escaleras. Después de las nefastas consecuencias de un accidente no vale lamentar, habrá que indemnizar.