No quiero ser exhaustivo en lo que puede significar militar en un partido político, pero sería conveniente para mejorar la participación y la democracia interna de las agrupaciones locales reflexionar sobre el comportamiento y la actitud de muchos militantes: los hay que solo están para pagar la cuota y aplaudir en los mítines, también existen aduladores. Estos no crean problemas, pero suelen ser los más inútiles; no faltan los que dicen por la mañana que algo es blanco y por la tarde, negro. Otros parece que están de corcho porque nunca exigen responsabilidades. Luego aparecen los listillos, afiliándose al partido dos meses antes de las elecciones para intentar colocarse en algún sitio. Esta forma de militar probablemente es consecuencia del trabajo bastante inoperante e ineficaz de los responsables políticos de las agrupaciones. Algunos nunca han recorrido los barrios de su ciudad, porque da la impresión de que se olvidan de defender los intereses generales por encima de los intereses personales.

Su estrategia es copar un puesto en una comisión o ascender en el ranking de influencias de un partido, a costa, naturalmente, de trabajo y la lealtad de otros. Yo pertenezco a la tribu de los que creen que el partido debe estar al servicio de los ciudadanos y no al revés, de los que no se olvidan de lo que piensa la gente, de los que quieren comunicarse con el partido a través de la sociedad más que al contrario, de los que tienen principios y dan la cara, responsable y autónomamente para criticar a la dirección de un partido cuando no escucha ni está con la gente; de estos sí te puedes fiar, de los otros ya se sabe que van a lo que van€

Lo más grave es ver a militantes de medio pelo con cargo orgánico dedicándose a hacer afiliaciones a tutiplén con el único fin de lograr ser candidato/a a una alcaldía como ocurrió en la agrupación socialista de Santiago. Creo que los precandidatos responsables de estas trapalladas deben reflexionar urgentemente para evaluar antes de que lo hagan los ciudadanos en las urnas si vale la pena presentarse a la Alcaldía de Santiago en estas condiciones.