Tirarse al vacío, ahogarse, envenenarse, atiborrarse de pastillas, colgarse, ingerir o inyectarse sustancias letales, cortarse las venas, dispararse, inhalar gases tóxicos, ahorcarse, acuchillarse, colisionar...

Todas estas formas de privarse "voluntariamente" de la vida y, más que hubiere, denotan una personalidad enfermiza, si se compara con la mayoría de la población que no lo hace.

Responde a un comportamiento que se rige por una especie de orden --que bloquea la mente--, consumándose la privación de su existencia, de por sí precaria e impulsiva que le lleva al suicida a tomar esa decisión.

Este contratiempo o percance se da más en el género masculino que en el femenino; en los países con más desarrollos. Le sigue la población amarilla, y menos incidencia entre los negroides.

Cortarse las venas puede suturarse; la ingesta de pastilla puede solucionarse, con un oportuno lavado de estómago; en todos los casos el tiempo es fundamental.

La mayoría que opta por esta decisión la anuncia con una carta al juez, a familiares o amigos.

Tal vez haya un perfil psicótico común: miedo, sufrimiento, disgusto, desengaño, quiebra, enfermedad, trabajo...

Volviendo al principio, decir que el suicidio es un acto de "autoinculpación" que lleva a privarse de la vida, es como si la existencia no tuviese cabida válida en la intrepretación de la realidad.

Esta es falsa, oscura y concluyente, siempre drástica e irreversible.

En la antigüedad hubo personajes célebres que recurrieron a él: Sócrates, Séneca, Marco Antonio y Cleopatra; escritores como Hemingway y Stefan Zweig, y otros que llaman la atención por ser cantantes: Hilario Camacho, Antonio Vega, Camarón de la Isla, Antonio Flores, Kurt Cobain, Bob Marley, Hendrix... ¿Qué hay de común en todos ellos? Fama, interioridad, drogas, insatisfacción, sufrimiento, desamparo, depresión...

En cuanto a los ámbitos y analistas de esta situación -neurólogos, psiquiatras, psicólogos, fisiólogos, sociólogos,etc.- deben ahondar en el problema cerebral, su etiología y su misterio, cuyos mecanismos internos, distan mucho de conocerse, interpretarse, y lo más importante es prevenir.

También podría considerarse que la mayoría de los afectados no disponen de las defensas, necesarias para abordar el devenir de la sociedad; egoísta y manipoladora de la jerarquización y ausencia de los valores de la misma.

La tentativa de suicidio puede ser consumada en el primer intento. Otros requieren de más intentos hasta alcanzar su deseo.

Esta práctica no es ni una valentía ni una cobardía: es la asunción de un acto volitivo que supone un escape o, una huída de la razón.

Antes de la eliminación física y espiritual del sujeto, conlleva y conduce de antemano a evitar lo que nos hace daño, sin saber si son una o varias cosas las que nos amilanan.

En España en el año 2009, hubo 3.000 y pico suicidios -uno por cada 15.000 habitantes-.

En muchos países la tentativa de suicidio es punible.

"Morir es traspasar la frontera de lo irreal y desconocido"