Son muchos los artículos de opinión que genera el puerto de Vigo, muchas las pasiones que despierta su pasado, presente y futuro y, como indicaba recientemente don Juan Ramón Güel Cancela en esta tribuna, Vigo no sería la ciudad que es sino fuera por su puerto. Todos estos comentarios y posicionamientos obedecen a la necesaria planificación a medio y largo plazo de una actividad económica y social como la del puerto de Vigo. Lo que es incomprensible es que hayan pasado tantos años, y la Autoridad Portuaria de Vigo aún no disponga de las herramientas jurídicas necesarias para una organización y crecimiento ordenado, como lo son el Plan de Usos y el Plan Director de Infraestructuras, entre otras.

Nadie en su sano juicio se opone al crecimiento razonable de su infraestructura, siempre y cuando este crecimiento se haga con sentido e inteligencia. En reuniones con varios presidentes de la Autoridad Portuaria y en conversaciones con algún empresario que utiliza estas instalaciones portuarias, tanto estos como aquellos dicen no entender el porqué de tanta oposición ciudadana a los “rellenos que tan beneficiosos habían sido para el puerto”. La explicación de tanta oposición es tan fácil como dramática, y voy a citar tan sólo dos ejemplos de las muchas barbaridades que se cometieron ayer y hoy, en el crecimiento de un puerto como el de Vigo que ocupa algo más de 10 kilómetros del litoral de la ría, situados en 7 municipios además del propio de Vigo.

Primero citaré el ejemplo de la calle Arenal. Nuestros mayores recordarán que Vigo tenía una hermosa playa situada en donde hoy está dicha calle y las instalaciones portuarias aledañas de hoy era mar entonces. Pues sí, podríamos tener una playa en plena urbe como la de Riazor en A Coruña, La Concha en San Sebastián o El Sardinero en Santander, con lo que esto significaría para la calidad de vida de los ciudadanos. Ya sé que eran otros tiempos, pero también lo eran para estas otras ciudades y en ellas primó más la sensibilidad social que el oportunismo económico de unos pocos.

El segundo ejemplo que propongo como algo muy mal hecho es el relleno de Bouzas. En el lugar donde hoy se ubica este relleno, existía el mejor banco de almejas de Galicia con una producción anual de 900 toneladas, hoy no llega a 1 tonelada anual de este bivalvo. Está claro que, sí tan necesaria era esta superficie en la costa, la ubicación actual en Bouzas no fue el sitio adecuado por la razón que acabo de exponer.

En la actualidad la Autoridad Portuaria de Vigo está empeñada en colocar parte de su flota de contenedores en el litoral del estrecho de Rande y Punta Chapelisa, o sea, llevarlos para el interior de la ría, cuando lo sensato es lo que se está haciendo en todos los puertos de importancia, emprendiendo ampliaciones hacia espacios exteriores como es el caso de los puertos de A Coruña, Ferrol, Bilbao, Pasaia (San Sebastián), etc; con el agravante de que tanto Punta chapelisa como Rande están afectadas por el Lugar de Importancia Comunitaria Red Natura 2000 Ensenada San Simón, de espacios naturales de la Unión Europea.

Esto es así por la gran riqueza en alga zoostera en el interior de la ría, formando éstas auténticas praderas donde las distintas especies de la fauna que comparte con nosotros la ría, acude a desovar para su reproducción o sea que, encima estamos jugando con el futuro biológico de nuestra ría. Por si esto fuera poco, debo decir que en los actuales planes de la Autoridad Portuaria de Vigo están dos rellenos en esta zona: en Punta Chapelisa 21.000 metros cuadrados y en Rande 24.000 metros cuadrados, ambos encima de red natura.

¿Es esto hacer bien las cosas? Convendrán conmigo en que no. Es como si existiera un maleficio en la planificación portuaria de Vigo, desde la época en que se rellenó la playa del arenal.

Es entonces comprensible el descontento ciudadano con estas acciones, debiéndose planificar mejor las cosas teniendo en cuenta otras actividades económicas fundamentales en la ría como son la pesca, el marisqueo, el turismo de gran éxito en nuestra ría, y para que los que vivimos el litoral, no tengamos que padecer crecimientos portuarios irracionales.

Por otra parte hay que decir en voz alta que más de la mitad del actual espacio portuario en el litoral, está ocupado por naves cuya actividad poco o nada tienen que ver con la propia de un puerto como el de Vigo. Un puerto no es un polígono industrial.

Otro caso del descontento de los ciudadanos de Vigo que tiene relación con el espacio portuario es el llamado plan “Abrir Vigo al Mar”. Hace algunos años se nos vendió la moto de que se iba a emprender esta acción que sería aplaudida por todos de haberse llevado a cabo, pero esto fue otra tomadura de pelo pues la realidad demostró que fue todo lo contrario: no sólo no abrieron nada, sino que aún nos encerraron más con la construcción del edificio de la Xunta, o la del centro comercial A Laxe. Bastan un puñado de neuronas sanas y un paseo por la zona para comprobarlo.

Comparto con el señor Güell que la ampliación portuaria “se desarrolle sin renunciar a la humanización del litoral ni a las exigencias medioambientales” pero, o la realidad es muy tozuda, o alguno de nuestros gobernantes muy estrechos de miras y/o con bolsillos interminables, tal y como la historia nos demuestra.

Porque, me pregunto, ¿Es tan difícil hacer bien las cosas?