Como siempre en esta ciudad huele a cacicada, deberíamos aprender un poco del modelo de Barcelona donde el plan urbanístico fue gestionado en su día por un arquitecto tan importante -en el plano intelectual y en la praxis-, como Oriol Bohigas. ¿Para qué están los concursos de arquitectura? ¿Por qué se deja fuera de este plan a los mejores arquitectos gallegos con diferencia?: Manuel Gallego, reciente ganador del premio nacional de arquitectura, discípulo de Alejandro de la Sota y referencia indiscutible de la Escuela de arquitectura de A Coruña, Alfonso Penela varias veces finalista de los prestigiosos premios FAD de arquitectura de Barcelona -sin duda los más prestigiosos de la península y enor de Galicia- y referencia indiscutible del campus universitario de Vigo -colaborando con arquitectos como Paulo Mendes da Rocha, reciente premio Pritker de arquitectura o Enric Miralles- sin duda el Ferrán Adriá de la arquitectura moderna, desgraciadamente fallecido-, Alberto Noguerol autor entre otras de la archiconocida biblioteca del campus o reciente ganador de la remodelación del aeropuerto de Santiago, Jesús Irrisarri, autor del futuro Coag y de los juzgados de Vigo- dos de las obras más esperadas en la ciudad- y porqué no tantos arquitectos gallegos o no gallegos que están esperando su oportunidad (y pensar que tenemos a tan sólo una hora de Vigo a uno de los urbanistas más prestigiosos del mundo (Sir Alvaro Siza). Bueno por lo menos nos queda el consuelo de que no va a ser la vigésima quinta obra de César Portela en la ciudad.