Ayer podía verse, al menos en subzonas productoras de O Salnés, como tras las lluvias de los últimos días numerosos vitivinicultores aprovechaban la soleada jornada para aplicar tratamientos fitosanitarios con los que proteger los viñedos.
Se trata prácticamente de las últimas aplicaciones de la campaña, ya que la vendimia se sitúa a la vuelta de la esquina y es preciso respetar los plazos de seguridad de este tipo de productos.
A pie de campo los viticultores que ayer se empleaban a fondo para llegar con el "sulfato" a cada racimo y se dedicaban a retirar hojas para facilitar la aireación de los racimos -aunque sin pasarse, para que el sol no los golpee de lleno-, mostraban con orgullo una uva "bonita" que parece el ingrediente perfecto para obtener unos vinos de gran calidad, ya sea de variedad albariño como treixadura o loureiro, por citar algunas de las amparadas por la Denominación de Origen.
