Sector financiero

Guindos recuerda que el BCE está "a favor" de las fusiones bancarias en Europa

Cuerpo amenaza al BBVA con vetarle la fusión aunque compre el Sabadell y dejarle sin las singergias que justifican la operación

El presidente del BCE, Luis de Guindos.

El presidente del BCE, Luis de Guindos. / EFE

Pablo Allendesalazar

Pablo Allendesalazar

El vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE), Luis de Guindos, ha recordado este viernes que su institución está "a favor de la consolidación" bancaria en la Unión Europea. El banquero central, eso sí, ha precisado que su organismo tiene especialmente una "visión favorable" hacia las fusiones transfronterizas entre entidades de distintos países del continente, así como que su planteamiento ha sido siempre el mismo con independencia del "contexto concreto". Por su parte, el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, ha dejado aún más claro al BBVA que aunque triunfe su opa por el Sabadell, está en manos del Gobierno vetar la fusión de las dos entidades, en cuyo caso el banco de origen vasco no podría realizar las sinergias de costes que dan sentido económico a la operación. Una posibilidad, ha advertido, más que real: "Ya avancé que el resultado de la valoración era un rechazo a la operación por parte del Gobierno".

En un foro del IESE, el número dos del BCE se ha mostrado partidario de las fusiones en términos generales, pero en el ambiente flotaba precisamente la opa hostil lanzada por el BBVA sobre el Sabadell. El banco central del euro, precisamente, tiene que autorizar la operación. El organismo vela por la estabilidad financiera y -como ha dejado claro Guindos- está a favor de que los bancos europeos ganen dimensión, con lo que dada la elevada solvencia de los dos bancos parece poco probable que ponga pegas insalvables. De hecho, el presidente del BBVA, Carlos Torres Vila, desveló la semana pasada que mantuvo contactos con el organismo antes de lanzar la opa y aseguró que para el BCE "no hay ningún obstáculo; desde su punto de vista, incluso una visión favorable a que haya consolidación".

Para contrarrestarlo, Cuerpo trasladó esta semana a la presidenta del Mecanismo Único de Supervisión del BCE, Claudia Buch, el "rechazo" del Gobierno a la operación durante una reunión en Bruselas. Cuerpo viene advertido de que el Ejecutivo tiene la "última palabra" sobre la operación. Es cierto, pero con matices. El BBVA ha condicionado la oferta a alcanzar al menos el apoyo del 50,01% del capital del Sabadell. De lograrlo, ejercitará su derecho a exigir la venta forzosa de las restantes acciones, para realizar posteriormente una fusión por absorción. Es esa fusión (no la opa en sí) la que puede vetar Economía. De hacerlo el ministerio, dejaría al BBVA en una situación complicada, con una participación mayoritaria en un banco filial en el que no podría ejecutar todas las sinergías (850 millones al año) que dan sentido económico a la compra (retorno de la inversión del 20% en 2026).

Actuar como europeos

Guindos, por su parte, ha considerado que "estuvo muy bien" esta semana el presidente francés, Emmanuel Macron, en una entrevista en 'Bloomberg' al mostrarse dispuesto a aceptar que un banco de otro país europeo pueda comprar uno francés (el entrevistador le planteó como ejemplo que el Santander se fusionase con Société Générale). "Es parte del mercado. Pero (sobre todo porque) actuar como europeos significa que es necesario consolidarse como europeos", argumentó el mandatario galo. 

El vicepresidente del BCE, así, ha destacado que existe un "problema de valoración" de los bancos europeos en bolsa respecto a los estadounidenses. Guindos lo ha vinculado al mayor potencial de crecimiento de la economía de Estados Unidos, su evolución demográfica más dinámica y su mayor productividad. Pero también con que la UE no haya completado la Unión Bancaria que lanzó en 2014 por no haber creado aún el Fondo Único de Garantía de Depósitos (por el que sería la propia UE, y no los países, la que garantice la recuperación de los ahorros a los clientes en caso de insolvencia del banco). 

Guindos ha lamentado la falta de "voluntad política" para crear dicho fondo. Su ausencia, ha advertido, supone un riesgo potencial de "fragmentación" en la UE si se producen tensiones en la banca que podría contagiarse a la financiación de los Estados (riesgo soberano). Es lo que sucedió en la crisis de la deuda de 2012: el coste de la financiación pública y las primas de riesgo en el mercado de los países más débiles, como España, se dispararon porque los inversores temían que tuvieran que rescatar en solitario a sus sistemas financieros. "Su no implementación es la principal vulnerabilidad del sistema bancario europeo", ha alertado.