Disco Las Palmeras! sorprendió a casi todos el pasado año con el sonido más pulido y cercano al pop de "Cálida", su último álbum. "Era aburrido acabar un concierto y que todos te vinieran a hablar de My Bloody Valentine mientras nosotros íbamos en la furgo escuchando a Stevie Wonder", explica el cantante y compositor de la banda gallega, Diego Castro.
- "Cálida" ha supuesto un cambio musical respecto a los anteriores trabajos de la banda. ¿Se nota eso en el directo?
-Mucho, ahora creo que sonamos muchísimo mejor. Incorporamos un bajista, hacemos un directo mucho más ecléctico, se ha llenado de color. Y también suenan mejor los temas anteriores. El sonido es más contundente.
- ¿Y no se pregunta por qué no hicieron el cambio antes?
-Todo forma parte de algo. La historia de una banda es tanto cuando eres más novato como después. A veces da ganas de volver a empezar y recuperar una frescura que al principio sonaba más natural. Cuando es a mejor te alegras, lo malo sería cambiar a peor.
- ¿Cambiar de sonido fue una cuestión de supervivencia?
-Siempre hemos escuchado música muy variada, pero al principio adoptamos una personalidad que al final llega a ahogar un poco. Por eso el cambio ha sido más alivio que otra cosa. Al principio creía que iba a haber muchos "haters", pero ha sido más bien lo contrario. La gente ha entendido muy bien el cambio.
- Y supongo que a estas alturas ya les da igual eso de "el primer disco era mejor, ahora se han vuelto unos moñas"...
-Te vas inmunizando un poco, ante lo bueno y lo malo. Al principio cualquier palabra de apoyo es supergrande, y una crítica negativa te hunde en la miseria. Con el tiempo te haces un muro y te das cuenta de que si te dejas influir demasiado por los demás la vas a cagar.
- ¿Y que parte del cambio es culpa de tener que tocar en cada vez más festivales?
-Siempre hemos querido estar al margen de eso. Esto no nos da tanto dinero para depender de ello. Hemos estado en otros grupos y hemos visto que los cambios forzados no llegan a buen puerto. Las bandas deben procurar que sea el público el que se acerque a ellos.
- ¿Y no cree que hay bandas que sí han "festivalizado" su música?
-Resulta incluso patético como hoy los festivales marcan el futuro de las bandas y estas son muy poco ambiciosas a nivel creativo. Pero es algo que ha pasado siempre aunque ahora en España parece más descarado. Hace poco hablaba con alguien de un sello importante y me decía que era él el que presionaba a bandas para buscar caminos más creativos, y que las bandas no querían cambiar. Nosotros siempre hemos fardado de hacer lo que nos da la gana. Peor sería mirar atrás y ver que hemos hecho algo que no nos gusta.
- Sus letras siempre han tenido un componente muy político. ¿Les inspira la actualidad, con el auge de la extrema derecha y la nueva división de la izquierda?
-Quizá en el momento de hacer el disco no había este auge del fascismo. Gobernaba la derecha que siempre se ha tildado de moderada, pero el fracaso de la izquierda sí está plasmado en las canciones, ese 'gatopardismo' de hacer algo para no mover nada, una decepción porque iban a pasar cosas y al final estamos igual.
