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Treinta años del disco que "salvó" a los Stones

En 1988, en un descanso de su banda, Keith Richards lanzó su primer álbum en solitario, "Talk Is Cheap". El álbum, considerado una obra maestra, se reeditará con un disco de temas inéditos el próximo 29 de marzo

Kaith Richards, en la imagen de portada de "Talk is cheap". // Sante D'Orazio

Los 11 temas de "Talk is cheap" -expresión inglesa que en gallego se podría traducir por "o falar non ten cancelas- están considerados una clase magistral de rock and roll. El disco no solo recibió excelentes críticas e influyó en bandas importantes de aquel entonces -U2 incluidos-, sino que, según sostienen no pocos estudiosos, salvó a los Rolling Stones.

La banda que aún sostienen Mick Jagger y Keith Richards en fructífero equilibrio inestable había publicado un par de años antes "Dirty work", que fue masacrado por la crítica. Después de "Tattoo you" (1981) -para muchos, el último gran disco de los Stones- y "Undercover" (1983), que tuvo una recepción aceptable, "Dirty work" supuso una gran decepción, y Jagger, que parecía más interesado en su carrera en solitario, decidió no hacer gira stoniana. Richards, que nunca se había planteado grabar un disco en solitario, decidió dar el paso.

Corría 1986 y los Stones se encontraban inactivos. Fue uno de esos "tiempos de olvido", como dice el propio guitarrista. Richards trabajó con el batería Steve Jordan (el mismo productor que ha vuelto a remasterizar "Talk is cheap" 30 años después) en la película de Chuck Berry "Hail Hail Rock 'Roll' y estaba buscando un nuevo reto. Aunque inicialmente, según ha confesado, fue "arrastrado y quejándose" al estudio.

A lo largo de su carrera en los Rolling Stones, Richards siempre había sido un hombre de una sola banda. "Mi enfoque central siempre fue hacia una única cosa", dice. "Me sentí como con los Stones, tenía la banda perfecta para lo que quería hacer. No podía imaginar que sería igual de gratificante".

Decidió montar los "X-Pensive Winos" (su banda en este álbum). Desde el principio se sintieron como una banda, con el guitarrista Waddy Wachtel como primera incorporación tras Steve Jordan (productor y batería del proyecto). "Waddy y yo somos como Ronnie [Wood] y yo", dice Richards. "En cinco minutos es como si se hubieran conocido toda su vida".

Con Charley Drayton, que toca el bajo y también la batería, tres se convirtieron en cuatro, luego cinco con el cantante y teclista Ivan Neville. Todos los músicos convocados eran multiinstrumentistas, músicos de procedencias diferentes que acamparon en Le Studio, en las afueras de Quebec. Aislada de las grandes distracciones de la ciudad, la música fluyó desde el principio. "Había un muy buen rollo y todo lo que tenía que hacer era subirme a él", explica Richards.

Una de las primeras pistas que grabaron fue el explosivo "Take it so hard", un temazo compacto y distendido que ilustra eso por lo que todo el mundo llama a Keith "el riff humano".

La grabación se trasladó más tarde a la isla de Montserrat, en el Caribe, y diferentes estudios con apariciones estelares de invitados como Sarah Dash, Bootsy Collins, Maceo Parker, Memphis Horns, Patti Sciafia y el ex Rolling Stone Mick Taylor.

El álbum fue aclamado por la crítica, parte de la cual lo saludó, irónicamente, como "el mejor disco de los Rolling Stones en años". Fue un toque de atención y probablemente un golpe en el amor propio de Mick Jagger. La siguiente entrega stoniana, "Steel wheels" (1989), tuvo mejores críticas, gracias a un sonido más clásico y menos ochentero, y restañó la maltrecha relación entre Jagger y Richards.

La reedición se lanzará en forma de CD, vinilo, Deluxe y caja Super Deluxe. El pack de lujo incluye una funda de madera que imita la típica superficie ocre de los amplificadores Fender "tweed".

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