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El hogar cambia de piel

Repintar una pared y cambiar molduras sirve para dar un aire nuevo a las estancias de la casa

Una pared con varios cuadros y un espejo.

Todo cambio de estación implica una renovación, también en la casa. Es el momento ideal para mudar literalmente la piel del hogar. Las paredes, a las que a veces no se las presta demasiada atención, agradecen cualquier atención. El mero hecho de repintar o empapelar y cambiar molduras en los cuadros aporta un aspecto totalmente diferente a una estancia.

Los tejidos naturales son la mejor opción para renovar complementos como mantas o almohadones. Los tonos tierra y toda la gama de los grises son una opción ideal que casa muy bien con tapicerías en color fresa o camel. El yute, la madera y el fieltro se encuentran entre los materiales de moda.

Las alfombras de pelo también dan mucho juego en este momento del año, en el que se busca, sobre todo, la calidez y el confort. Quienes tengan el ánimo de ponerse a cambiar tapicerías deben saber que el terciopelo es este otoño el tejido estrella que reina por encima de los demás.

También es de los más caros. Si se prefieren opciones más baratas siempre se puede optar por algodones y cretonas consistentes que brindan un excelente resultado. A la mantelerías y al menaje de mesa también se le puede dar algún capricho con algún nuevo cubierto de servir o manteles en tonos crudos, ideales para combinar con individuales en tonalidades más vivas.

Y si algo no debe faltar en la casa, ni en otoño ni en ninguna época del año, es un toque de vegetación. Las ramas de eucalipto son una de esas cosas que consiguen grandes efectos por muy poco. Conseguirlas no es difícil. En Asturias basta con salir a cualquier monte cercano a la costa. Quedan genial repartidas por varios jarrones o piezas de porcelana. Su tono, en un verde apagado es sencillamente perfecto en otoño.

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