Las películas protagonizadas por Joaquin Phoenix se arriesgan a que su indiscutible maestría en bordar los papeles que le dan ensombrezca cualquier otra calidad del metraje. Sin embargo, en "No te preocupes, no llegará lejos a pie", su presencia es vital para insuflar alma al largometraje. Más que el trabajo de Gus Van Sant, que aquí opta por manifestarse de forma más discreta que en trabajos más atípicos, como "Gerry". Es Phoenix la razón fundamental para prendarse de este biopic de John Callahan que funciona como el envés de "Leaving Las Vegas" y que muestra la reconstrucción de un alcohólico sin renunciar al humor negro y la incorrección política que rezuman sus dibujos.
Una oportunidad para desandar