Pese a apoyarse en los elementos de una película tradicional del género de acción, variante narcotráfico -drogas, sicarios, secuestro de la niña del jefe del clan...-, "Sicario: El día del soldado" mantiene el interés porque su director, Sollima, no nos permite un respiro. El realizador ya está curtido en el mundo del hampa, pese a que esta película no esté al nivel de "Suburra". Sabe, parafraseando el anuncio, que violencia sí, pero que sin control no sirve de nada. La producción por sí sola sirve, aunque a veces es demasiado simplona. Con todo, no está a la altura del "Sicario" que dirigió Denis Villeneuve en 2015, a la que sirve de secuela, aunque la franquicia parece tener carrete.