Localizada en la falda de la sierra de Ayllón, tras la Reconquista se estableció de forma permanente una población cerca del río Aza, que finalmente dio nombre al municipio. A su mucha historia y patrimonio, esta villa segoviana está rodeada de espacios naturales como el Hayedo de la Pedrosa o el Parque Natural de las Hoces del Riaza, que cobijan gran cantidad de fauna y flora.
Cualquier recorrido por esta localidad que guarda su sabor medieval debe empezar por la plaza mayor, porticada y enmarcada por gradas de piedra unidas por una valla de hierro forjado. En los soportales se encuentran casas típicas riazanas así como casas solariegas con fachadas blasonadas, construidas muchas de ellas en el siglo XVIII. Muy cerca está la iglesia parroquial, dedicada a Nuestra Señora del Manto, patrona de la villa. El templo es de estilo renacentista con un interesante retablo en el interior y tallas como el Cristo Crucificado en la Capilla del Dulce Nombre o la Piedad que preside la capilla de los Linajes.
Además de ermitas y un magnífico museo de arte sacro, Riaza está rodeada de un marco incomparable cobijado en las estribaciones de la sierra. El bosque de hayas de la Pedrosa -también llamado de Riofrío- ocupa una extensión de unas 87.000 hectáreas a una altura comprendida entre los 1.500 y 1.700 metros. Pero sin duda, la enseña de esta geografía es el Parque Natural de las Hoces del Riaza, uno de los mayores conjuntos de cañones, acantilados y desfiladeros que se pueden contemplar en la península, pacientemente excavados por el río en la roca caliza de estos páramos segovianos.
Aparte de su espectacular paisaje, esta zona protegida destaca por su importante concentración de aves rapaces entre las que se encuentra el buitre leonado. Las laderas y escarpes rocosos están cubiertos por sabinas albares, auténticos testigos de la Era Terciaria. En la Casa del Parque informan de todo lo necesario para realizar la visita.
En los alrededores de Riaza y dentro de su municipio se encuentran pueblos de gran encanto, tanto por su ubicación como por su arquitectura, como Madriguera y Villacorta por sus casas restauradas usando la tierra típica de la zona -del color rojizo de la sierra-, Becerril y Muyo. El río sigue su curso pasando por otras localidades como Ayllón, la vieja ciudad amurallada a la que se accede por un puente de origen romano. Aquí otro de los rincones más genuinos es también la Plaza Mayor, con casas de grandes aleros.
