El fin de semana del 1 de mayo llega marcado por dos nombres homófonos, el de Mickey (Mouse) y el de Miki (Nadal), protagonistas de sus respectivos espectáculos en Vigo. El segundo, además, actuará hoy en Pontevedra.
Ayer arrancaron en el Auditorio Mar de Vigo las funciones del Mickey's Music Festival, un espectáculo dirigido a los niños que estará en la ciudad hasta el domingo, inclusive. Se anuncia como "el show más rockero de Disney", y es que el famoso ratón irrumpe en el escenario como una auténtica estrella del rock, precedido por Minnie Mouse, Donald y Goofy, en un escenario por el que desfilarán más de 25 estrellas de la factoría Disney, incluyendo los protagonistas de "La Sirenita", "Aladdín" y "Toy Story", de Disney/Pixar.
Para este espectáculo, que incluye proyecciones y espectaculares coreografías, las canciones de Disney han sido actualizadas con estilos como el hip hop, el pop, el rock y el country.
Las entradas, divididas en cuatro zonas por su precio y cercanía al escenario (desde los 24.80 euros de la zona Goofy hasta los 39.30 de la zona Mickey) pueden adquirirse en la taquilla virtual de El Corte Inglés. Esta tarde hay función a las 19.00 horas; y mañana, a las 12.00, 16.00 y 19.00 horas. El domingo, último día del espectáculo en Vigo, habrá sesiones a las 12.00 y 16.00 horas.
Humor blanco
Si algo tiene en común Miki Nadal con Mickey Mouse es que practica un humor blanco, apto para todos los públicos, algo realmente difícil por lo complicado que resulta hacer reír sin caer en el sarcasmo hiriente y sin tocar temas peliagudos como la política, el sexo y la religión.
en 1997, es un espectáculo rodado en decenas de escenarios de toda España. En enero de 2013 convenció al público de Vigo y de Cangas, y este fin de semana vuelve a Pontevedra (Auditorio Sede Afundación, hoy a las 20.30 horas) y a la ciudad olívica (Teatro Afundación, 20.30).
El que fuera cómico en el programa "Sé lo que hicisteis" le da una vuelta cómica a las definiciones de la Wikipedia a lo largo de 80 minutos de humor puro y cercanía con el público, hasta terminar en un final sorprendente. Porque la vida no es Disneylandia, pero da para unas risas.
