Recientemente se han recuperado en el mercado español unas cuantas obras de este tipo, cortos y certeros disparos de una página o menos. Relatos breves/brevísimos que forman, por acumulación, universos tan complejos como los de una larga novela. Nos detenemos en dos de ellos.
Uno es la obra de Kaz. Se trata de un historietista vinculable al humor underground, que ha publicado las tiras de "Underworld" en medios como "The New Yorker", "Nickelodeon Magazine", "The Village Voice", "RAW" o "New York Press". Aquí los recopila Autsaider Cómics con el título "Submun-dos" y su antecesor "Submundo". Que algunos capítulos de la serie "Bob Esponja" hayan sido creados por este autor puede dar una pista de por dónde van los tiros. Que los responsables de esa serie infantil recurriesen en determinadas ocasiones al autor de "Submun-dos" es comprensible: ambos universos ordenan el caos (uno lo hace para niños, el otro para adultos) sin abandonar demasiado la idea del desorden. Las páginas de Kaz suman y devuelven al lector un paquete-bomba de chistes incorrectos, salvajes y siempre con un aire naive que describen un mundo imposible u apocalíptico, poblado por ratas mutantes, émulos cafres de Popeye, vampis escuálidas, idiotas varios extraídos de la América profunda y hasta un ejército de globos antropomórficos. Arsenal de frikis y alegres perdedores que retratan el lado chungo de Estados Unidos entre la inocencia y lo gozosamente bárbaro.
Por su parte, Salamandra Graphic edita "Todo el mundo tiene envidia de mi mochila voladora", de Tom Gauld. El libro recopila una selección de tiras cómicas originalmente editadas en el diario "The Guardian". En ellas el autor de la fantástica novela gráfica "Goliat" (sobre el gigante que hubo de vérselas con el joven David y su honda) diserta sobre literatura y creación, sobre prejuicios culturetas, sobre cultura pop y empresas con señores que quieren convertir el arte en dinero. Toca anatemas, se ríe de la separación entre lo alto y lo bajo cuando se aplica a la cultura, y ofrece estampas divertidísimas que además experimentan con el lenguaje del cómic sin pretender levantar catedrales de innovación, si no diseñar divertidos origamis narrativos. Lo consigue, y además no pocas veces arranca sonrisas a partir de dibujos-monigote cargados de significado. "Todo el mundo tiene envidia de mi mochila voladora" es un compendio de trazos básicos y empleo estratégico del color para bordar pildorazos de reflexiones alrededor del arte y la creatividad. Pocos dan tanto con tan poco.
Hay más ejemplos a citar: la novela río por entregas "Lo indispensable de unas lesbianas de cuidado" (Alison Bechdel), u obras de la piel de toro como la saga de "Silvio José", de Paco Alcázar o la de "Ángel Sefija", de Mauro Entrialgo. Hay más ejemplos, que se pueden rastrear entre el cúmulo de novedades mensuales. Merece la pena hacerlo: a veces un apunte preciso en forma de pocas viñetas puede ser más eficaz para explicar la vida que un largo monólogo.
