Con un currículum, como él mismo dice, bromeando, de "1.001 cortos" a sus espaldas, y un par de largos ocultos por falta de promoción, "Little Galicia" es oficialmente el estreno de Alber Ponte en las los circuitos comerciales. Y el producto que nos ofrece, como los que salen de las huertas y los mares de Galicia, es fresco y honesto y además goza del encanto añadido y la simpatía que saben transmitir algunos de sus protagonistas, como Fran Grela.
Esta comedia de enredos sin pretensiones, a veces previsible, que traslada un trocito de Galicia a las afueras de Nueva York, apela al corazón de los morriñentos, pero también al de los pícaros, para trabajar con la idea, poco novedosa, pero eficaz, de las complicaciones que traen las mentiras. Inofensiva, con fallos, pero entrañable.