Ya desde el título, "Murieron por encima de sus posibilidades", las intenciones de Lacuesta están claras: hablar de la crisis de modo que cualquier exceso cometido por Álex de la Iglesia en sus desvaríos más desatados quede descafeinado. Lacuesta plantea un "no va más" de sátira, un esperpento avalado por un elenco de actores decidido a ser cómplice del escarnio de aquellos que parte de la sociedad cree culpables de sus miserias, pero también de quienes se amparan en su locura para hacer justicia.
Lacuesta golpea a diestro y siniestro con su crítica gore del sistema y la crónica de actualidad le sigue el juego. Y aunque el trazo sea grueso y a veces el ritmo flojee, ha logrado elevar a Albert Pla a la categoría de actor con un monólogo que poco se parece al de Chaplin en "El gran dictador", pero que cumple su función: impresionar.
