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“Cuesta aceptar que estás sufriendo maltrato psicológico y que utiliza a tu hijo para ello”

Una viguesa relata cómo su expareja instrumentaliza al niño que tienen en común en un caso de violencia vicaria. Los delitos de violencia machista se incrementaron un 8%

Una niña muestra en su palma de la mano un "stop" a la violencia machista. Natasha Lebedinskaya

Se podría decir que se le cayó la venda de los ojos cuando salió del aislamiento al que él la había sometido y entró en contacto con otras mujeres. Cuando ellas señalaron con naturalidad y sin juzgarla: “Sí, sí. Es maltrato”. Y es que aunque era consciente de que algunas actitudes y comentarios no eran sanos, tenía muchas dudas, ¿cómo alguien tan fuerte como ella, con aquel carácter, con aquel estilo de vida, iba a estar sufriendo violencia machista? Tenía la sensación de que eso le pasaba a otras personas, lo veía como algo ajeno o lejano a su realidad, pero lo cierto es que había estado sufriendo maltrato psicológico desde prácticamente el principio de la relación.

Lucía es un nombre ficticio porque el miedo está muy presente en su vida y es real. Cada vez que esta viguesa tiene que ver al hombre que hace e hizo daño psicológicamente durante varios años le afecta también físicamente. Temblores, vómitos, nerviosismo, bloqueos emocionales,... son algunas de las sensaciones que se repiten cada vez que su hijo se va con el padre.

Hablar de esta situación le remueve mucho y, aunque reconoce que ya hubo épocas peores, todavía está muy dentro del proceso y duele. Entre lágrimas, le tiembla la voz cuando dice que “cuesta aceptar que estás sufriendo maltrato psicológico, qué lo ha sufrido y que aún existe. También que en el fondo sabes que pasa desde el principio. Que la culpa es tuya, por cómo eres, por como hablas, por como actúas, ... pero no lo ves hasta que te separas y coges perspectiva y te vuelves a querer", a lo que añade que "cuando fui madre y tuve fuerza, fui capaz de salir de ahí. Mi hijo me necesitaba bien y con este tipo de persona a su lado era imposible, todo iba a peor. Y tuvimos suerte porque ahora el niño y yo estamos mejor".

denuncias W Hugo Barreiro

Lucía explica que el control del teléfono móvil, el aislamiento de su entorno social, lograr la pérdida de su identidad, dejar de hacer cosas que antes formaban parte de su rutina o comentarios dañinos sobre cómo era y actuaba, fueron violencias a las que se “acostumbró” y que de las que no era consciente.

La otra cruda realidad de su caso, es que ahora la violencia psicológica que sufre es a través del hijo en común, en un claro caso de violencia vicaria. En este sentido, esta viguesa relata con impotencia que “ahora ya no puedes escapar, tenemos un hijo en común y tienes que seguir tratando con esa persona".

Lucía saca fuerzas para continuar con la conversación y también habla de otro tipo de mensajes velados que recibe, pero por parte de la sociedad, tales como "pide que vayan contigo cuando vas a dejar al niño", "mantente en silencio en sus provocaciones", "tienes que hacer lo que te ofrece, es lo mejor para tu hijo".

Por otra parte, Lucía afirma no tener confianza ni en la Justicia ni en las instituciones, en las que ha recibido en alguna ocasión respuestas del estilo: “Siento que te vayas tal y como has venido, sin ninguna solución” o "bueno, mujer, por lo menos te deja hablar con él cuando está con su padre".

El número de delitos por violencia de género en la ciudad se aproxima a los registrados en prepandemia

El número de delitos por violencia machista registrados en la ciudad de Vigo se ha incrementado un 8% en comparación con los contabilizados el año anterior. Lo reflejan así los datos compilados por el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG) en el último informe trimestral de violencia contra la mujer por los juzgados por Partido Judicial. Tomando como referencia las cifras más actualizadas, correspondientes al segundo trimestre de 2022, en Vigo se han cuantificado este año un total de 242 delitos por violencia de género, mientras que en 2021 se computaron 224. La irrupción de la pandemia del COVID marcó también un punto de inflexión en las estadísticas de la lacra machista, puesto que en el mismo período de 2020 tan solo se notificaron 192 delitos de violencia contra las mujeres en la ciudad olívica, un centenar por debajo de los contabilizados en el año 2019. Sin embargo, dos años después del inicio de la crisis sanitaria por el coronavirus, los casos han vuelto a repuntar y ya se aproximan a los 295 que tuvieron lugar en el año 2019 y a los 297 registrados en 2018. En cuanto a las denuncias presentadas en los juzgados de la ciudad, estas ya son superiores a las sumadas en el año anterior a la llegada de la pandemia del COVID, incrementándose en un 10% este año con respecto a 2019, un aumento que sigue la tendencia del año pasado, cuando los juzgados de Vigo recibieron 217 denuncias por violencia de género, mientras que en el segundo trimestre de 2022 fueron interpuestas 219. Por otra parte, según datos de la Subdelegación del Gobierno en Pontevedra, en la actualidad, el Sistema de Seguimiento Integral de los casos de Violencia de Género del Ministerio del Interior, el sistema VioGén, contempla un total de 1.332 casos activos de violencia machista en la provincia.

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