Tiene solo dos años de vida, pero el Premio Luis Miró se ha convertido ya en uno de los grandes momentos de la Gala del Deporte. Esa era la idea con la que nació y el tiempo empieza a confirmarlo. Si hace un año Carlos Pérez se presentó a recibir el galardón vestido con el traje oficial que lució durante su palpitación en los Juegos Olímpicos de 1968, en la fiesta del pasado jueves la emoción de Paco Amoedo supuso un momento inolvidable. El jurado de la gala decidió que el veterano entrenador de boxeo fuese el destinatario de este galardón y sucediese a Carlos Pérez en el palmarés. Una forma de dar las gracias y reconocer a una figura esencial en la historia deportiva de la ciudad en general y del boxeo en particular. Es imposible entender este deporte sin él. Lo practicó durante una década, pero lo abandonó rápido para dedicarse desde el Gimnasio Saudade a entrenar y preparar a las generaciones que vendrían detrás de él y que acabarían por traer a Vigo infinidad de títulos nacionales, europeos, del mundo hispano e intentonas por conquistar el entorchado mundial, la única cuenta pendiente que ha tenido en esta vida entregada al boxeo.

Paco Amoedo nació en Vigo el 9 de febrero 1943 en el conocido entonces como barrio del Chouzo. En una familia humilde, donde las cosas no resultaban sencillas, lo que obligó a Amoedo a comenzar a trabajar desde los trece años. Su contacto con el deporte llegó desde muy niño. Empezó jugando al fútbol en el Chouzo infantil, en el Nieto y en el Chao, pero lo que cambió definitivamente las cosas fue su encuentro con el boxeo. No tenía más de 15 años cuando, pasando ante el taller de motos que tenía en Bouzas Suso Martínez “El Chato”, donde también daba clases de boxeo, se decidió a entrar. “Recuerdo que me preguntó por qué quería boxear y, con ingenuidad quinceañera, le respondí que quería darle su merecido a un chaval del barrio que siempre se me imponía. Me contestó que no enseñaba a pelear en la calle sino un deporte y que me quitase eso de la cabeza si quería entrar allí”. Y así fue. En condiciones muy precarias comenzó a entrenar con El Chato. Amoedo era un púgil pequeño, de apenas 54 kilogramos, con escasa pegada. Su primer combato lo hizo con 16 años en Balaídos en 1959. No apareció en el cartel oficial de la velada porque no tenía la edad legal para competir salvo que tuviese la autorización paterna, algo que su padre le negó. Por eso tomó la decisión de falsificarla con el consiguiente riesgo de encontrarse un problema en casa. Perdió el combate contra un boxeador que tenía once años más que él y que venía de la legión. Fue el primero de los quince combates en los que participó (con trece victorias) hasta el año 1968 que decidió dejar el boxeo

Francisco Amoedo atendido en su rincón por Angel Bamio año 1963. Deportes. Boxeo. Francisco Amoedo atendido en su rincón por Angel Bamio año 1963

“El Chato” emigró en 1968 a Tenerife y, casi sin darse cuenta, Amoedo pasó de alumno a maestro. Nacían ahí las primera promociones de boxeadores que pasaron por sus manos con gente como Zamora, Cañoto, Ubeira, Campos, Carrera, Eloy Durán, Carracelas, Silva, Hervello, Pino Tobío, Anselmo Costas, Ballesteros… Desde ese momento el boxeo ya era parte indivisible de su vida. Se ganaba un sueldo más que digno trabajando en Refrey, pero una vez que salía por la puerta de la fábrica de Bouzas casi todo su tiempo se lo dedicaba a los chavales que iban llegando a su lado. Tan bien funcionaba el asunto que decidió abrir en 1972 su propio gimnasio con Javier Ledo, el polideportivo Saudade. Amoedo se encargaba del boxeo y Ledo de la lucha grecorromana. Al principio fue un pequeño peregrinaje el que hicieron por diferentes ubicaciones. Empezaron en El Carmen y luego se mudaron a Castrelos, a un local que tuvieron que abandonar por la humedad, para recalar finalmente en Urzáiz, en el local histórico. Allí estuvieron 37 años, hasta que en 2009, se cambiaron a Lavadores. En Urzaiz llegaron nuevos púgiles como los Roca, Enrique Fernández, Juan Luis González, Justo Alonso, Romay y muchísimos más, todos campeones nacionales. También Rubén Campos Colmenero, que llegó a ser presidente de la Federación. Desde la época del primer campeón de España, que fue Fernando Bernárdez; a partir de ahí el salto que da el Saudade es impresionante porque llega Carlos Miguel y ya empezaron a sumarse todos los boxeadores de calidad como Campos, Ubeira... La lista es inmensa, fue la cantera más prolífica de campeones de Galicia. La ilusión de Paco Amoedo era conseguir un título nacional para Vigo. Pues sumó 66 durante su carrera como entrenador. Además alcanzaron una treintena de campeonatos de Europa, varios del Mundo Hispano e incluso se atrevieron a desafiar a alguno de los más grandes para lanzarse en busca del entorchado mundial en cuatro ocasiones. Jorge Araújo, Ferradás, Roberto Domínguez o Iván Pozo fueron los últimos grandes campeones del Saudade que no ha detenido su producción ni su pasión por el boxeo.

Carlos Miguel (d), junto a su preparador, Amoedo (c) foto CAMESELLE 4/10/1981

El miércoles Paco Amoedo llegó a la Gala del Deporte sin saber lo que le esperaba. El reconocimiento era una pequeña sorpresa que se le había preparado. Emocionado dirigió unas palabras y dijo que para él había sido un enorme orgullo representar a la ciudad y llevar su nombre a todos los lugares que fuese posible.

El entrenador de boxeo Paco Amoedo, posa en el polideportivo Saudade, en Vigo, dos semanas después de que le extirpasen un riñón.

Paco Amoedo, con dos de sus alumnos.