El podio como costumbre

Martín Wizner Pérez-Lafuente sabía que quería navegar antes casi incluso de aprender a andar. Era inevitable. Desde que nació, su vida transcurrió pegado al mar, acompañando a su padre, el regatista del Desafío Español de Copa América Laureano Wizner, en cada puerto. Su progenitor consiguió frenar sus ansías con la promesa inicial de que a los seis años podría empezar. Llegó su sexto cumpleaños y la estratagema para ganar algo más de tiempo quedó en evidencia. Porque Martín tuvo que esperar aún a cumplir los 8 años para empezar en su primer cursillo de vela.

A pesar de su amplia experiencia como navegante, su padre ejerció como tal y en ningún momento quiso inmiscuirse en su formación dejando eso en manos de los técnicos del Náutico de Vigo. En el 2013 quiso probar la experiencia de cambiar de club y descubrió la exigencia del deporte de élite al tener que buscarse la vida para llegar a Sanxenxo y poder entrenar. Fue un tiempo de mucho sacrificio pero siempre con la máxima ilusión hasta finalizar la etapa en Optimist y regresar a Vigo para afrontar el proyecto de 420.

La apuesta dio sus frutos en el 2017 cuando junto a Pedro Ameneiro lograban en Fremantle (Australia) proclamarse campeones del mundo de la clase y completar una brillante evolución tras haber sido previamente subcampeones en el Europeo Open de Atenas Sub17 y bronce en los Europeos junior en Lago di Garda (Italia). Unos éxitos que le permitieron hacerse con el premio al mejor deportista promesa masculino en la pasada edición de la Gala do Deporte.

Pero la ambición de Martín Wizner Pérez-Lafuente no tiene límites y este año ha conseguido convertirse en el primer deportista masculino en repetir galardón, siguiendo los pasos de las dos chicas que también lo habían logrado previsamente: la regatista Lara Lagoa (2007 y 2010) y las atleta Carmela Cardama (2014 y 2015) y Sandra Mosquera (2006 y 2009). Y lo hace de nuevo por méritos propios porque sus resultados en el 2018 volvieron a ser espectaculares.

Primero, en el mes de julio, el navegante vigués consiguió subirse a lo más alto del podio en el Campeonato de Europa junior celebrado en la localidad portuguesa de Sesimbra. Pero es que, además, lo logró con una suficiencia enorme, sin cometer ningún error y con un sexto lugar como peor resultado para asegurarse el oro en la primera Medal Race pudiendo festejar su victoria en una última prueba sin ya nada en juego en la que fueron trigésimo novenos.

Y apenas un mes después llegó el turno para el Mundial, esta vez en New Port (Estados Unidos), donde Martín y Ameneiro confirmaron que están abonados al podio en las grandes citas. En esta ocasión tuvieron que conformarse con un más que meritorio tercer lugar, que a punto estuvo incluso de ser una segunda plaza en una competición en la que fueron a más.