El peligro al volante también está en lo que respiramos dentro del habitáculo. Eso es lo que dice un estudio participado por universidades como las de Duke y Berkeley. Se trata de un estudio bien hecho, según Xavier Giménez, profesor de Física y Química en la Universidad de Barcelona. Se trata del trifosfato, un elemento tóxico potencialmente cancerígeno que se usa en la gomaespuma de los asientos de los coches. El calor parece que multiplica por cinco la posible inhalación de estos gases. Las autoridades estadounidenses investigan la posible toxicidad del trifosfato que se usa en los coches.