En plena jornada de pesca deportiva. En su interior 23 personas hacinadas, con un destino claro. Pero la embarcación está en apuros, se acaban de quedar sin combustible y a la deriva. Con gestos les piden gasolina, aunque los inmigrantes tienen necesidades mayores. Llevan casi día y medio en alta mar. En la patera, viaja una mujer embarazada, varios niños y un bebé que se aferra asustado a su padre. El patrón del yate avisa a Emergencias. Y les dan bebida y comida. Son momentos complicados porque si se levantan la patera puede volcar y están a 11 millas de tierra firme. Más tranquilos esperan pacientemente a poder ser rescatados. Finalmente, remolcados por la patrullera ponen rumbo a salvo, al puerto de Mallorca.