Más de 200 bomberos procedentes de toda Galicia protestaron ayer a las puertas de la catedral de Santiago para reivindicar mejoras laborales. Una auténtica marea roja de indignación que recorrió el Obradoiro, especialmente a la llegada del presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, que acudió a la capital para celebrar la Ceremonia de Traslación del Apostol.