El pasado martes se hizo viral en las redes sociales un vídeo en el que se ve como un agente de la policía de Minneapolis detenía con fuerza a George Floyd, un afroamericano que había sido detenido. El agente lo inmovilizó con su rodilla y el detenido, que le advirtió que no podía respirar, falleció poco después. Tras este escándalo, por el que han sido despedidos cuatro agentes implicados en el suceso, miles de personas se manifestaron al grito de "¡no puedo respirar!" contra la violencia policial. Varios coches e instalaciones de policía fueron atacados por lo que la Policía antidisturbios lanzó gases y pelotas de goma a los manifestantes.