A falta de cifras oficiales, se puede decir que Vigo vivió este viernes uno de los días de mayor afluencia de su historia. Portugal celebró la Restauración de su Independencia y miles de ciudadanos lusos, sin temor a exagerar, vinieron a la urbe olívica a disfrutar del alumbrado navideño, que encendió sus luces hace una semana. Ese cóctel perfecto provocó que durante toda la tarde y bien entrada la noche prácticamente fuese imposible avanzar unos metros en todo el casco urbano, tanto por carretera como caminando.