La entrada como un vendaval de la energía eólica ha abaratado el precio de la electricidad, hasta dejarlo por primera vez en negativo durante horas, en el mercado mayorista. Pero no para el consumidor que tiene que pagar los impuestos correspondientes. Entre ellos, está el IVA que vuelve a ser del 21 por ciento tanto para la electricidad como para el gas. Esto va a encarecer algo la factura pero dentro de unos precios cada vez más contenidos por la mayor participación de las renovables, responsables del 67 por ciento de la electricidad en marzo. El objetivo ahora es estabilizar los precios. Porque todavía hacen falta inversores, que tienen que salir de la industria para completar con éxito la transición energética