El 5G no está, pero se le espera. Un año más, la mayor feria de telefonía del mundo, el Mobile World Congress (MWC), que se celebró del 25 al 28 de febrero en Barcelona, hizo todo un alegato de las bondades del 5G. Pero esta tecnología capaz de multiplicar la velocidad de las conexiones sólo hizo acto de presencia en el apellido de muchos de los productos presentados, como una coletilla para hacerlos más "cool". Decir que un móvil es 5G viste mucho, pero no dice nada. Por lo menos hasta 2020 cuando se prevé que la infraestructura que sustenta esta conexión esté lista. Mientras tanto, toca esperar y soñar con el futuro de la mano de teléfonos que se doblan como un libro.

Países como China, Corea del Sur, Japón o Estados Unidos se adelantan en la carrera mundial por el 5G y España aprovechó esta cita en Barcelona para reivindicar su papel en el sector. En el marco del congreso presentaron el Observatorio Nacional de 5G, cuya intención es posicionar a España como laboratorio europeo. En el congreso se mostraron algunos de sus usos a futuro, como los vehículos conectados, drones que detectan incendios o intervenciones quirúrgicas teleasistidas. "Comenzaremos a ver el 5G dentro de año y medio, con un despliegue gradual de cinco años en el mercado", asegura Carlos Grau, consejero delegado de la Mobile World Capital Barcelona, entidad que impulsa el Observatorio.

Para el 5G habrá que esperar pero los anunciados móviles flexibles ya son una realidad tangible y saldrán al mercado en unos meses. Si no es por Huawei, que se sacó del bolsillo en Barcelona su móvil que se dobla para competir con Samsung, esta edición descafeinada del congreso se queda sin titulares.

Un miniordenador

Aunque Samsung anunció su teléfono plegable Galaxy Fold al margen del Mobile se convirtió en uno de los protagonistas del evento por su comparación inevitable con el de Huawei. El terminal flexible de los coreanos mide 4,6 pulgadas pero pasa a medir 7,3 pulgadas al abrirse. Es casi un miniordenador porque, además, permite abrir hasta tres ventanas a la vez. Otro dato destacable: tiene seis cámaras. Todos los esfuerzos puestos en este terminal se pagan: su precio superará los 2.000 euros.

Huawei, a pesar de ser popular por sus precios económicos, no ha podido competir en precio con el terminal flexible de Samsung y lanzó en el Mobile su versión con un precio de 2.299 euros. El modelo Mate X tiene una única pantalla de 8 pulgadas que se dobla sobre sí misma, tres cámaras y está equipado con tecnología 5G (he aquí la coletilla).

Al margen de este duelo de móviles d e lujo, las firmas dejaron sus grandes apuestas fuera de la feria para no verse eclipsados por la competencia. El propio Huawei no llevó a Barcelona su buque insignia, los P30.

A la falta de variedad de esta edición se ha sumado la falta de innovación. Y de esto tiene la culpa, en gran parte, Apple. Saber que el rey de la telefonía no prepara grandes novedades para su próximo terminal ha hecho que las firmas se relajen. Como no hace falta imitar el modelo práctico y eficiente del iPhone, se han puesto a inventar. En Barcelona hemos visto móviles convertidos en pulsera, como el Nubia Alpha y LG, por ejemplo, ha lanzado un modelo (el V50) con bisagras para imitar la doble pantalla de los móviles flexibles.

A la habitual ausencia de Apple, se sumaron Facebook, Google y demás elenco de la tecnología, que no dejaron ni una bonita foto para el recuerdo en Barcelona. Pero como escasez no es sinónimo de fracaso, la cifra de visitantes ha batido récords este año según la organización. Por la mayor feria de telefonía del mundo pasaron alrededor de 109.000 personas, lo que supone superar el anterior máximo de la feria, logrado en 2017 con 108.000 visitantes. Termina así otro Mobile Congress de la era "Antes del 5G".

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