Cuando a comienzos de los años 60 el fundador de Domino's Pizza, Tom Monaghan, intercambió la mitad de las acciones de la compañía a cambio de hacerse con el viejo Volkswange Beetle de su hermano para agilizar sus repartos, difícilmente podría pensar que ahora, casi medio siglo después, su empresa abanderaría una de las mayores revoluciones tecnológicas que están teniendo lugar en la automoción.

En concreto, la cadena de pizzerías americanas ha anunciado un acuerdo de colaboración con Ford para lanzar un proyecto piloto con el que pondrá a prueba las posibilidades que ofrecen los vehículos de conducción autónoma en el reparto de pizzas a domicilio.

De momento el sistema estará de prueba solo en Ann Arbor, la localidad de Michigan en la que se encuentra la sede de la cadena de pizzerías, y en el coche viajará un ingeniero de seguridad de Ford.

El proyecto, pionero en el sector, supone una de las primeras incursiones de la automovilística estadounidense en este segmento de vehículos. La propia compañía espera comenzar a fabricar y comercializar en el mercado este tipo de coches a partir del año 2021.