Incluir medicamentos antidiarreicos e incluso laxantes en la maleta si se va a viajar a destinos tropicales o exóticos ahorrará rodeos, sustos e inconvientes en las vacaciones. También acudir con tiempo a un Centro de Vacunación Internacional, donde ya nos informarán sobre las vacunas necesarias o indicadas para el país al que viajamos.

Y, en el caso de que el viaje implique un vuelo de larga distancia, hay que estar prevenidos también frente al jet-lag.

Beber mucha agua para mantenerse hidratado, pero que sea embotellada si nos encontramos en países en vías de desarrollo, y ser extremadamente precavidos con los alimentos crudos o poco hechos son algunos de los consejos más típicos y repetidos en los folletos que Sanidad da a los viajeros. Pero hay otros en los que quizás no reparemos a la hora de hacer la maleta.

Los residentes en España realizaron 24,6 millones de viajes de vacaciones de junio a septiembre de 2017, un 3,9% más que el año anterior .“Cada vez viajamos más, tanto a destinos nacionales como internacionales, lo cual aumenta la posibilidad de que, en alguna de estas vacaciones, surjan imprevistos que pongan en peligro el relax y la diversión. Como explica Eduardo González Zorzano, experto del Departamento científico del laboratorio Cinfa, “debemos tener en cuenta que en vacaciones, rompemos la rutina a la que nuestro organismo está habituado: practicamos nuevas actividades, nos exponemos de una manera mucho más intensa a agentes naturales como el agua o el sol, probamos nuevas gastronomías y alteramos nuestros horarios de sueño y comidas”.

En nuestra maleta no deben faltar un botiquín con los medicamentos más básicos y nuestra medicación habitual si la necesitamos, calzado cómodo para evitar las ampollas y rozaduras, productos antimosquitos y, si se trata de un destino de sol, fotoprotector, gorros y gafas de sol para protegernos de sus radiaciones.

Las claves para evitar contratiempos serían:

  1. Protegerse del sol. En la maleta no deben fotoprotectores de factor 30 o superior que te protejan frente a las radiaciones UVA, UVB e IR-A, gafas de sol y un sombrero.
  2. No dejar de comer frutas y verduras. El estreñimiento es un compañero de viaje habitual.
  3. Beber líquido de manera abundante. Como mínimo dos litros de agua al día para mantener tu organismo hidratado.
  4. Mantener rutinas de sueño contra el cambio horario. Para evitar la somnolencia y el insomnio, intentar dormir todo lo posible durante el vuelo, en el caso de que llegues temprano al lugar de destino y, en caso de que llegues por la noche, acuéstate lo antes posible. Posteriormente, trata de mantener un horario de sueño regular.
  5. Evita la ropa ceñida y mueve las piernas con frecuencia. Para evitar la retención de líquidos y la sensación de piernas cansadas, son convenientes las prendas holgadas que favorezcan la circulación.
  6. Ojo al calzado. Utiliza un calzado flexible y de anchura adecuada a tus pies, a fin de prevenir la aparición de rozaduras, callos o ampollas. Opta por los zapatos de planta acolchada o, en su defecto, utiliza una almohadilla plantar. También es fundamental secar e hidratar bien los pies y, en piscinas o zonas comunes, utilizar escarpines o chancletas para evitar el desarrollo de hongos.
  7. No te dejes puesto el bañador húmedo. La humedad en la ropa tras el baño favorece el crecimiento de las bacterias que provocan la cistitis o infección del tracto urinario, por lo que es mejor que te pongas ropa seca cuanto antes.
  8. Cuidado con las picaduras. Para huir de los mosquitos, prescinde de colonias o jabones con aromas demasiado dulces o intensos, ya que atraen su atención. En las zonas de mayor riesgo, también resulta conveniente usar ropa que cubra toda la piel, recurrir a mosquiteras y, sobre todo, aplicarse repelentes de mosquitos siguiendo las instrucciones del fabricante.
  9. En guardia contra las enfermedades tropicales. Es importante cumplir rigurosamente el calendario de vacunación que te indique el especialista.
  10. Prepara un botiquín con los productos esenciales y tu medicación habitual. El agua oxigenada, desinfectantes cutáneos, las gasas esterilizadas y el esparadrapo te permitirán limpiar y curar de manera rápida una herida. Los analgésicos, antigripales, antidiarreicos y antihistamínicos también te pueden resultar muy útiles, al igual que las pastillas contra el mareo. Además, si padeces alguna enfermedad crónica, no olvides llevar contigo la medicación que necesites para todo el tiempo que permanezcas de viaje.

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