"Cuando le llegaba la hora de morir, hacía un nido de especias y hierbas aromáticas, ponía un único huevo, que empollaba durante tres días, y al tercer día ardía. El fénix se quemaba por completo y, al reducirse a cenizas, resurgía del huevo la misma ave fénix, siempre única y eterna", reza la leyenda.
Es el símbolo de la superación porque resurge de sus propias cenizas y sus trazos se dibujan en el cuerpo de Rocío Carrasco.
El icono lanza un mensaje claro: ella, como el ser mitológico, se considera capaz de renacer después de que la destruyan. Así lo reveló en los 11 episodios de su serie documental y lo confirmó en las dos entrevistas posteriores.
El tatuaje ocupa la mitad de la espalda de la colaboradora de Telecinco y tiene mucho detalle.
Fidel Albiac presume de un diseño similar en la misma parte del cuerpo, él se decantó por un gran samurái junto a una pagoda.
Las pagodas son los icónicos templos y edificios asiáticos que se alzan en varios niveles.
El tatuaje, según la revista Hola, simboliza la lucha, fuerza y tenacidad.