No va a ser un camino de rosas el divorcio de Alejandro Sanz, de 51 años, y Raquel Perera, de 45. Anunciaron el año pasado su separación con un mensaje conciliador: "Somos una familia y siempre lo seremos. Decidimos amarnos para siempre y así será". Pero en septiembre está previsto que el proceso llegue a los juzgados, tras varios aplazamientos debido a la pandemia del Covid-19. Y todo apunta a que será tormentoso. Él está en Madrid y ella en Miami, con los dos hijos que tuvo con el artista, Dylan y Alma, que tienen 9 y 6 años.

Como ya contó la revista "Hola!", también se desconoce dónde será la primera audiencia, si en España o en Florida. Y es que el pasado abril, Sanz presentó una demanda en los juzgados de Pozuelo de Alarcón, en Madrid. Un movimiento al que Perera respondió con otra demanda en mayo, pero esta vez desde Miami, donde también convivieron antes de su separación.

La compensación

El principal escollo, claro, es el económico. Según el medio mexicano Ventaneando que tuvo acceso a la demanda, la empresaria exige a su exmarido una pensión para sus hijos, además de dinero para gastos escolares, viajes, clases de refuerzo, campamentos, seguros médicos y dentales... Para ello pide un pago retroactivo desde julio del 2019, considerando que el artista no ha pagado lo suficiente durante este año. Eso implicaría unos 40.000 euros al mes; sin embargo, él ofrece 15.000.

Perera solicita además para ella un seguro de vida del que sea la única beneficiaria y una pensión, por su dedicación y su "contribución y ayuda al éxito profesional, al reorganizar sus compañías y con su sacrificio personal" y que sea acorde con el nivel de vida que ha tenido durante esta década, así como una repartición equitativa de los bienes obtenidos durante los 12 años juntos, siete como matrimonio tras su boda en la finca extremeña que tiene el cantante en Jarandilla de la Sierra.

La argumentación de Perera es que dejó de lado su vida personal para contribuir a la economía familiar, criar a sus hijos y hacer que las empresas del músico prosperaran. De hecho, afirma que fue presidenta durante años de Gazul Producciones, principal compañía de Alejandro Sanz, sin tener un sueldo.

Según la revista Hoy Corazón, la expareja del cantautor madrileño se ha mudado recientemente a un chalé en Hibiscus Island, una lujosa zona ubicada en una isla artificial, en la que ella y su familia disponen de seguridad las 24 horas del día. De esta manera, Perera ha abandonado definitivamente el domicilio que compartía anteriormente con el cantante y por cuyo alquiler pagaban unos 15.000 euros mensuales.

Custodia

El futuro de Dylan y Alma también se dirimirá este septiembre en los juzgados. Ambas partes coincidieron en un principio en mantener una custodia compartida. Sin embargo, Perera ha pedido que se modifique porque, según ella, el artista solo ha visto a sus hijos en cinco ocasiones desde que anunciaron su separación el pasado verano. Los compromisos laborales de Sanz le impiden viajar más a menudo a Miami. De hecho, el confinamiento lo ha pasado en Madrid, junto a su actual pareja, la artista plástica cubana Rachel Valdés. Esta última relación del cantante se conoció apenas poco después de la separación entre el matrimonio Sanz y Perera.