Sorprendentemente recuperada, María Jiménez se sentó en Sábado Deluxe dos meses después de haber recibido el alta tras pasar casi otros dos ingresada en la UCI del hospital Virgen del Rocío de Sevilla, donde llegó, según reconoció, "muerta". Tras preocupar a todo el país y que se llegase a temer por su vida, la cantante desveló: "Llegué muerta al hospital y he resucitado, y aquí estoy", sin perder la fuerza ni el sentido del humor, aunque confesó que sigue en rehabilitación porque "aún tengo cosquilleo en una pierna".

Sin poder evitar emocionarse, Jiménez también aseguró: "No sabía que se me quería tanto", y declaró que la enfermedad "ha servido para reencontrarme con amigos del pasado", aunque no puede evitar sentirse culpable por lo mal que lo pasaron los suyos, en especial su hijo Alejandro: "Yo no lo he pasado mal, lo peor que llevo es lo que ha sufrido mi hijo, mi hermana...", afirmó, y desveló que se los encontró llorando cuando despertó en la UCI. Además, la artista agradeció el trato tanto del personal del hospital de Sevilla como del de Cádiz, y sentenció, tajante: "Gracias a ellos estoy aquí".