Cuenta Joan Báez que quiso "cambiar el mundo" antes de saber cantar, un espíritu combativo sólido que, tras 60 años de carrera musical, la acompaña en una última gira mundial que pasará esta semana por España, sin pelos en la lengua a la hora de denunciar lo que considera injusto. "Sí, sigo pensando que en España hay presos políticos", dice al recordar su última actuación en el festival de Cap Roig, en 2018, cuando les dedicó una versión de "Viatge a Ítaca" de Lluís Llach. Báez (Staten Island, 1941) regresará en unos días a Cataluña, concretamente al Festival Jardins Terramar de Sitges este jueves y el sábado al Espai Port de Sant Feliú de Llobregat (Barcelona), antes de plantarse el 28 de julio en el escenario del Teatro Real de Madrid como gran cabeza de cartel del último Universal Music Festival.

"Estoy muy satisfecha con todo lo que he hecho en mi vida, estaré muy feliz de estar en España y lo estaré también cuando termine esta gira", subraya la artista estadounidense de orígenes mexicanos, que ha destacado tanto por su faceta de música como por la de activista por los derechos humanos.

A este respecto, relata precisamente que el otro día rescató una carta dirigida a sus padres con unos 14 años, cuando aún no había aprendido a cantar, en la que ya les manifestaba "lo importante que era cambiar el mundo".