Cabalgan juntos de un lado a otro del planeta ajenos, al menos eso parece, a la expectación que suscita cada una de sus apariciones. Son los "cachorros"de los millonarios y de la realeza unidos por una pasión en común: los caballos. No hay torneo de renombre y casi siempre con una firma de lujo patrocinadora detrás al que falten en Europa: de Inglaterra a Francia, pasando por España. Viajan de Niza a Arteixo o Gijón como quien coge el metro para ir a casa o al trabajo.

El último escenario ha sido el hípico de Montecarlo (Mónaco), el pasado fin de semana, donde los Grimaldi ejercieron de anfitriones y dejaron unas suculentas imágenes que en España no han pasado desapercibidas porque junto a la "reina" monegasca, la elegante Carolina de Mónaco, aparecieron su hija, la princesa Carlota, y también la gallega Marta Ortega. Ambas son habituales en ese grupo de "cachorros" ricos y famosos de los circuitos ecuestres, pero hasta ahora iban por libre y como mucho se limitaban a saludarse cariñosamente. No ha sido así en Montecarlo, donde los fotógrafos las han pillado juntas y bien avenidas, compartiendo palco con Carolina, y además con un añadido: acompañadas de sus novios, ellos también de buen rollo.

Marta Ortega se dejó ver, y ya van varias veces, con su pareja desde hace algo más de un año, Carlos Torretta. Carlota de Mónaco apareció con Dimitri Rassam, con quien corteja desde hace unos cuantos meses y con quien hasta ahora prefería que no la retratasen. Pero en Montecarlo todo ha sido distinto. Si la primera vino a consolidar una relación que no oculta desde hace tiempo, la segunda la confirmó.